Cartografía y arte siempre se han dado la mano. Llevábamos tiempo buscando el momento para dedicarle un buen rato al apasionante mundo de la cartografía histórica y su relación con el arte. A ese idilio.
Hasta que en la semana geográfica que organiza la Sociedad Geográfica de España intervino Sandra Sáenz-López con una sugerente conferencia bajo el título «Pintores del mundo: la participación de artistas en la realización de mapas». Ya sólo nos quedaba contactar con ella.
Fruto de esa conversación, este artículo en el que pretendemos aprender de la mano de esta doctora en Historia del Arte por la Universidad Complutense de Madrid. Obtuvo su título con una Tesis Doctoral sobre cartografía medieval, por la que obtuvo el Premio Extraordinario.
Sáenz-López ha sido comisaria de la exposición «Marginalia in cARTography«, en el Chazen Museum of Art de Madison (Wisconsin, Estados Unidos). También comisaria de «Cartografías de lo desconocido. Mapas en la BNE«. Saénz-López ha centrado la mayor parte de su investigación en torno a los mapas realizados a lo largo de la Edad Media y de la temprana Edad Moderna.
Detrás de un cartógrafo está lo que hoy consideramos un pintor
Para esta experta «a lo largo de la historia el hacer mapas no ha estado separado de lo que hoy consideramos disciplinas humanísticas —como el arte— o científicas». Según explica, la escisión de ciencia y arte es moderna y «detrás de un cartógrafo está muchas veces lo que hoy consideramos un pintor».
Es el caso de Cresques Abraham, autor mallorquín de cartas náuticas del siglo XIV, conocido por ser responsable de la Biblia Farḥi, la Biblia hebrea de mayor valor artístico. Artistas como Hans Holbein el Jóven o Alberto Durero hicieron mapas.
Por ello, «sí, la cartografía debe de ser considerada parte de la disciplina artística y aún a día de hoy hacer mapas, o muchos de ellos, sigue siendo un arte si tenemos en cuenta el cuidado estético que muchos de ellos guardan».
¿Cómo se relacionan cartografía y arte?
«Un mapa es esencialmente una imagen, una pintura. Técnicamente necesita de las mismas habilidades y recursos pictóricos. A lo largo de la historia, muchos mapas han sido responsabilidad de pintores o artistas.
Y viceversa: «cartógrafos han realizado obras que hoy, sin problema alguno, consideramos arte. Los mapas también deben de integrarse en la categoría de arte o de obra artística».
Por ejemplo, un mapa contenido en un manuscrito medieval, como puede ser el caso de los mapamundis de los Beatos (códices medievales del Comentario al Apocalipsis de Beato de Liébana), «no difiere técnica, estética y materialmente de cualquier otra ilustración en esos manuscritos», según la especialista.
No obstante, a su juicio «los mapas están a camino entre el arte y la ciencia; es decir, también son fruto del conocimiento científico del momento (nociones de astronomía, ciencias naturales, geometría, matemáticas, etc.)
La Edad Media, periodo de referencia
Preguntada por un periodo especialmente prolífico para la cartografía desde su vertiente más artística, esta doctora en Historia del Arte lo tiene claro: la Edad Media. «Poco conservamos de la cartografía de la Antigüedad, por lo que es difícil juzgar los mapas de la época anterior.
La cartografía medieval está hecha con los mismos materiales y procedimientos o técnicas que obras artísticas coetáneas, principalmente pinturas. E igualmente los cartógrafos son artistas», explica.
Para ejemplificar esta estrecha relación entre arte y cartografía durante la época medieval recupera a Florencio de Valeránica, un afamado iluminador de la Alta Edad Media que en algunos de sus códices utilizó mapas. Además, a su entender, «los mapas medievales contienen en general una gran cantidad de motivos artísticos que revalorizan estas obras como creaciones artísticas».
«Estos motivos son enormemente variados —desde iconos de ciudades, a monstruos marinos, pasando por la fauna o grupos raciales o étnicos que habitan las distintas regiones del mundo—, y todos ellos tienen su razón de ser en que los mapas medievales son obras con carácter enciclopédico», detalla Saénz-López.
Es decir, «no solo muestran la geografía física de la Tierra, sino también son soportes en los que se plasma la historia, la religión, el mundo natural, cuestiones económicas, políticas o culturales».
Pero con posterioridad a la Edad Media, «la cartografía continúa siendo deudora o dependiente del arte». No obstante, con el despunte del Renacimiento «comenzamos a ver una cierta especialización y colaboración entre cartógrafos —responsables de los mapas propiamente dichos —y artistas— de los motivos iconográficos».
Es el caso por ejemplo de António de Holanda, originario de los Países Bajos que trabajó en Lisboa realizando el repertorio artístico del Atlas Miller (ca. 1519), uno de los atlas portugueses más bellos, de Lopo Homem, y Pedro y Jorge Reinel, los cartógrafos propiamente dichos.
La separación del elemento artístico y el científico
Saénz-López considera que el arte ha estado y sigue estando presente en los mapas. Pero es a partir de la Edad Moderna cuando comienza a producirse una separación entre el elemento artístico y el científico, o propiamente cartográfico.
Una separación entre el artista y el cartógrafo». Por ello, a su juicio, «ese distanciamiento no ha llegado ahora con la digitalización».
A la hora de recuperar un cartógrafo «artista», además de los citados, señala a Lorenz Fries, el responsable por introducir elementos de carácter decorativo en su edición de la Geografía de Ptolomeo en 1522.
¿Qué artistas destacan por su vertiente más cartográfica?
«Serían muchos los nombres que podrían incluirse aquí, y por nuevamente no repetir los ya dichos, recordaría a artistas tan conocidos como Piero del Massaio, Leonardo da Vinci, Leon Battista Alberti, Diego Velázquez o El Greco».
A la hora de datar los mapas, la cartografía, «como cualquier otro artefacto cultural y científico producido por el hombre» puede clasificarse según los mismos periodos históricos tradicionales: Antigüedad, Edad Media, Moderna, Contemporánea…
«No es lo mismo un mapa realizado en el siglo XV que en el XVII, ni un mapa por ejemplo realizado en la Florencia del Quattrocento (donde y cuando eclosiona el Renacimiento)».
Esta clasificación no es solo fruto de la evolución científica que experimenta la cartografía (por ejemplo, la aparición de los distintos sistemas de proyectar la esfera de la Tierra en la superficie plana del mapa), sino que también «es deudora de la evolución estilística».
«Los motivos iconográficos de un mapa responden en contenido y forma al momento en que este se hace», señala Saénz-López.
Mapas que han inspirado obras de arte
Los mapas también han inspirado obras de arte, recuerda. «Hay muchas obras artísticas en las que se insertan mapas, y estos mapas desempeñan un papel importante en las obras, no son meros elementos decorativos».
Así ocurre, según explica, en el cuadro de Jean de Dinteville y Georges de Selve (más conocido como Los embajadores) de Hans Holbein el Joven (1533). Actualmente en la National Gallery de Londres, incluye «una imagen muy fiel» del globo de Johann Schöner de 1523.
Lo mismo ocurre en la Vanitas vanitatum (1640-1645) de Antonio de Pereda del Kunsthistorisches Museum Wien de Viena, la Fama sostiene un camafeo con la efigie de Carlos V y señala hacia un globo en alusión a las amplias posesiones imperiales.
Mapas que fueron obras artísticas importantes
Asimismo, existieron mapas que fueron obras artísticas importantes, además de cartográficas. Es el caso, detalla la doctora en Historia del Arte, del mapamundi circular que Ambrogio Lorenzetti pintó en 1345 para el palacio comunal de Siena, o de la también desaparecida representación circular del mundo a cargo de Jan Van Eyck.
Una obra que Bartolomeo Facio (ca. 1400-1457) describió como “la más perfecta de nuestro tiempo, en la que se pueden distinguir no solo los lugares y continentes, sino también las distancias que lo separan” en su De viris illustribus.
Lo cierto es que a lo largo de la Historia, «los cartógrafos han sido conscientes de la importancia del elemento artístico, así como igualmente los artistas que han utilizado mapas lo han sido del elemento cartográfico».
No obstante hablar de arte, cartografía, artista o cartógrafo debe tomarse siempre «con precaución» pues se aplican a conceptos que «en su momento no tenían el valor o la connotación que hoy les damos».
Por ejemplo, según Saénz-López, «daría para mucho el hablar en la Edad Media de un cartógrafo o artista, cuando en ese momento no existen ninguna de esas acepciones como las entendemos hoy». Pero eso ya lo dejamos para otro día.
Tengo un tablero en piedra pizarra con la pintura al óleo de un mapa de Alejo Huberto Jaillod, geógrafo francés (segunda mitad del siglo XVII – primera mitad del siglo XVIII ca. 1632 – 2 noviembre 1712), cómo puedo saber a que época pertenece y si es un original pintado por Jaillod o es una reproducción de un mapa de el. Es una obra de arte, le colocaron una estructura con patas estilo Luis XIV para convertirlo en una mesa de biblioteca.
Importante conocer mapas especialmente de Asia
China y sus rutas de comercio en América
agradezco esta iniciativa, en lo personal me ha sido de gran utilidad en mis clases con niños (10-14 años) , para explicar los registros de la memoria y de las poertenencias que dejaron los grandes descubrimientos y conquistas, son los mapas buenos mensajeros, gracias desde Chile
Ese cuadro, Los embajadores, además, esconde otra maravilla…