Hace ya unos cuantos años, allá por 1888 tuvo lugar en Asturias y Cantabria lo que los autóctonos dieron en llamar la «nevadona» de los tres ochos. Un episodio de nieve persistente durante varias semanas que sepultó y aisló pueblos enteros.
Es hasta el momento la nevada que mayores acumulaciones de nieve ha dejado de las que tenemos documentadas en España, localizada principalmente en el área de la Cordillera Cantábrica.
Algunas crónicas periodísticas de la época hablan de hasta 7 metros de nieve en algunas zonas y aldeas sepultadas en su totalidad por la nieve, sobresaliendo de ellas únicamente un trozo de chimenea.
En 2021 gran parte de España se ha visto impactada por lo que podríamos dar en llamar «el nevadón» o «gran nevada», con epicentro durante varias horas en Madrid. Esta gran nevada, causada por una suma de factores poco frecuente, ha afectado a gran parte del país. Y ha tenido un impacto en la capital que no se recuerda.
Y aunque muchas veces se peque de madrileñocentrismo, parece claro que el impacto de una nevada como esta en una ciudad de las características de Madrid es algo inédito e histórico, por manidos que parezcan estos calificativos. Analizamos por qué ha sido una nevada histórica en Madrid.
Las mayores nevadas de la historia en Madrid
Lo que parece seguro es que la nevada de 2021 se encuentra entre las mayores de la historia reciente de la capital, si no la más, con espesores de hasta cerca de 50 centímetros.
José Miguel Viñas, meteorólogo de Meteored, en eltiempo.com, ha recapitulado cuáles son las mayores nevadas que ha registrado Madrid y sus espesores.
Esta mañana, antes de intervenir en @agropopular, estuve recopilando datos de las principales #nevadas documentadas en la ciudad de #Madrid desde la 2ª mitad del siglo XIX hasta la actualidad (hoy). Comparto mis apuntes por si fueran de vuestro interés. ❄️ pic.twitter.com/w6O6GeRtfq
— José Miguel Viñas (@Divulgameteo) January 9, 2021
Explica Viñas en declaraciones a Geografía Infinita que desde principios del siglo XX hasta la actualidad, la reciente nevada es la segunda mayor, por detrás de la ocurrida en noviembre de 1904 (en la que los espesores de nieve en la ciudad oscilaron entre en metro y los 70 centímetros), casi empatada con la ocurrida en febrero de 1907, en la que se documentan espesores de nieve entre los 20 y los 50 cm, dependiendo de los barrios.
Más cerca en el tiempo se produjeron también dos grandes nevadas, aunque no acumularon tanta nieve como ésta. Se trata de la de febrero de 1963 (con espesores entre 30 y 35 cm) y la de marzo de 1971, con 25 cm de promedio, aunque en los barrios más elevados de la ciudad, se superaron con holgura los 40 cm.
«En esta nevada, podemos fijar unos espesores de entre 30 y 50 centímetros. Hemos visto imágenes de personas hundidas en la nieve hasta la cintura o midiendo un metro de grosor, pero debemos de ser rigurosos con esto», detalla.
En este sentido, señala que en esta nevada «la ventisca que sopló durante parte de la gran nevada que la encargada de acumular espesores significativamente mayores en las zonas más expuestas, pero en zonas poco venteadas, el grosor de la capa de nieve osciló entre los valores referidos».
La gran nevada ha afectado a gran parte de España
Parece claro que con la gran nevada de 2021 nos encontramos ante una de las mayores nevadas de las que hay constancia en Madrid. Pero también con una de las nevadas de las que tenemos registro que ha afectado a una mayor parte de España de forma notable.
«Me faltan datos (y tiempo para buscarlos y analizarlos) para saber si alguna de las nevadas a las que me he referido, en particular la de noviembre de 1907, llegó a afectar a una superficie mayor de territorio. Por el tipo de situación que la provocó, similar, no creo que hubiera grandes diferencias», explica Viñas.
Grosso modo, según explica Viñas, en tres cuartas partes de la Península se han producido nevadas a causa de Filomena, una borrasca de alto impacto. En algunas del noreste y del cuadrante suroeste peninsular, nevó débilmente, de forma anecdótica.
Las nevadas más abundantes (las mayores acumulaciones) se han producido en la zona centro (Madrid, Toledo y Guadalajara), también por Cuenca y Albacete, Teruel, La Rioja, Zaragoza y el interior de Cataluña.
¿Por qué en Madrid nieva poco habitualmente?
Explica Viñas que en el centro peninsular «suele producirse alguna nevada todos los inviernos, pero las grandes nevadas se espacian bastante en el tiempo».
En este sentido, suele ocurrir principalmente en el entorno de la Sierra de Guadarrama donde «la frecuencia del blando meteoro es mayor, ya que también entra en escena el factor altitudinal». Es precisamente el factor que en muchas ocasiones resulta «clave a la hora de marcar la línea de separación entre la zona donde nieva o donde llueve», detalla.
Explica Viñas que «las nevadas históricas en la ciudad de Madrid siempre han venido de la mano de situaciones del 2º cuadrante (E-SE-S), asociadas al discurrir de borrascas por el sur peninsular, que en su desplazamiento logran inyectar aire muy húmedo de procedencia marítima hasta la zona centro».
Así, la situación más idónea para que nieve es la entrada de un frente desde suroeste, cuando en general las precipitaciones son más generosas. A eso hay que añadir, la entrada de aire frío potente desde centroeuropa.
Ambas circunstancias junto a una vaguada polar han tenido lugar en esta gran nevada. Además, la geografía tiene un papel relevante. En este caso la altitud sobre el nivel del mar. La ciudad de Madrid se encuentra a 667 msnm.
No obstante, explica Viñas que «hay documentadas también nevadas en Madrid con situaciones de Norte, pero ninguna de ellas ha dejado grandes nevadas en la capital de España».
En estos casos, la Sierra de Guadarrama obstaculiza el avance hacia el sur de las masas de aire frío. «Cuando éstas son relativamente húmedas y generosas en nevadas, estas últimas se producen principalmente en la cada norte del obstáculo montañoso, con acumulaciones considerables en ocasiones», detalla.
¿Nieva menos que antes en Madrid?
Preguntado sobre si actualmente nieva menos que antes, Viñas explica que «hay una tendencia a tener menos nevadas, aunque eso no impide que ocasionalmente podamos tener un año particularmente nivoso o un episodio extraordinario de nevadas como el que acabamos de tener». Y prosigue: «Se observa efectivamente esa tendencia (a menores nevadas), ligada, en parte a la subida que está experimentando la temperatura».
La isla de calor de la ciudad de Madrid
El comportamiento de la precipitación es «mucho más anárquico, sin que se llegue a observar una tendencia clara». Pero situaciones que hace unas décadas dejaban nevadas en Madrid capital, «en los últimos tiempos no lo consiguen», explica. A ello también contribuye «la isla de calor de la ciudad; un efecto particularmente acusado, cuando la cota de nieve ronda la elevación media de la ciudad».
Así, «cuando echamos un vistazo a los registros históricos de nevadas en Madrid, encontramos algunos períodos en los que las grandes nevadas eran más comunes, como la segunda mitad del siglo XIX y la primera década del XX, así como entre los años 50 y 70 también del siglo pasado», relata el meteorólogo autor del libro Descubrir la meteorología.
Me temo que la nevada de febrero de 1935 no fue, ni por asomo, de 20 cm, sino meramente testimonial en Madrid. Efectivamente, fueron unos días extraordinariamente fríos en España, con nevadas en capitales absolutamente insólitas como Cádiz y Almería. Sin embargo, tanto los datos del entonces Servicio Meteorológico Español, como las crónicas de la prensa, indican que apenas nevó en Madrid capital.
Es cierto que recientemente, con motivo de lo acaecido con Filomena, El País publicó 17 fotografías de nevadas históricas de Madrid, y la primera de ellas es una del Parque del Oeste que la atribuye a 1935 mencionando lo de los 20 cm, pero insisto, eso no concuerda ni con los datos registrados, ni con las crónicas de la época. Es posible que se trate de un error arrastrado, y que esa foto pueda corresponder por ejemplo a 1938 cuando sí se produjo una nevada, no extraordinariamente grande, pero sí importante.
Un saludo sincero y felicitarlos por los temas tratados como siempre muy interesantes.
Cuídense mucho y sigan enviando cualquier tema que Ustedes trabajen.
Ojala pronto termine la pandemia y podamos regresar a vivir tranquilamente. Que Dios los proteja.