Las claves para entender el conflicto del Alto Karabaj

En estos últimos días asistimos a una escalada bélica en una región del Cáucaso Sur conocida por los medios de comunicación como Alto Karabaj o Nagorno Karabaj. Desde hace más de 30 años, esta guerra latente, que enfrenta a Armenia y Azerbaiyán, se intensifica y se estanca regularmente, a la espera de una solución definitiva.

La guerra del Nagorno Karabaj es el más duradero y dramático conflicto armado de los que surgieron tras el colapso de la Unión Soviética, pero con unas complejidades geopolíticas e históricas que vamos a intentar analizar en este artículo.

¿Dónde está el Alto Karabaj?

La vertiente sur del Cáucaso ha sido históricamente cuna de grandes civilizaciones (Asiria, Armenia…), límite de otras (Roma, Persia, Imperio Otomano, Rusia zarista…), crisol de diferentes etnias y zona de paso de diferentes pueblos y culturas. A caballo entre Europa y Asia, el Cáucaso Sur engloba hoy en día a tres países soberanos: Georgia, Armenia y Azerbaiyán.

El Karabaj es un área geográfica dentro de este Cáucaso Sur. Región muy montañosa, de clima adverso y escasamente poblada, está atravesada por la subcordillera del Cáucaso Menor o Pequeño Cáucaso.

A su vez, el Karabaj, se divide en tres zonas: al oeste una gran meseta boscosa que conforma la provincia de Syunik en la actual Armenia; al este las orillas meridionales del Río Kurá, el Bajo Karabaj, en Azerbaiyán; y en el centro las montañas que separan ambas zonas: el Alto Karabaj.

Esas montañas o tierras altas (Nagorno, en ruso) dan nombre a una región perteneciente de iure a Azerbaiyán pero que desde 1991, es un país independiente de facto: la República de Nagorno Karabaj o República de Artsaj.

El origen del conflicto del Alto Karabaj

Durante siglos, diferentes pueblos habitaron esta tierra fronteriza, solapándose en su dominio diversos imperios. A principios del siglo XX, Persia, el Imperio Otomano y el Imperio Ruso, pugnan por el control de esta área, que finalmente cae en manos de los soviéticos que conforman tres repúblicas dentro de la incipiente URSS.

El establecimiento de fronteras es complicado pues es difícil delimitar la zona atendiendo a criterios puramente históricos o étnicos. En ciertas zonas las poblaciones se hayan muy mezcladas entre sí. Por ejemplo, en el Alto Karabaj existe una mayoría armenia. En la región de Najichevan por el contrario, una mayoría azerí predomina sobre la armenia.

Un conflicto interétnico

En el seno de la URSS, Georgia, Armenia y Azerbaiyán se industrializan, desarrollan y forman parte de la gran comunidad soviética. La sociedad es secularizada y la administración rusificada, en un intento de superar las diferencias a través de los valores comunistas.

Sin embargo, a finales de los 80, las tensiones nacionalistas entre las diferentes repúblicas estallan. En 1988, las relaciones de convivencia y buena vecindad, impuestas desde Moscú, se rompen. La identidad nacional resurge con fuerza, y el factor lingüístico y religioso polariza a los armenios, cristianos, y a los azeríes, musulmanes.

Los armenios del Alto Karabaj, que han gozado de cierta autonomía dentro de la República Socialista Soviética de Azerbaiyán, realizan un plebiscito para unirse a Armenia. Los azeríes, lo boicotean y el Gobierno de Azerbaiyán intenta ocupar militarmente el montañoso territorio. La URSS en pleno desmoronamiento, apenas puede hacer nada, y los combatientes se reparten sus arsenales.

Guerra abierta entre Azerbaiyán y Armenia entre 1988 y 1994

Tanto Armenia como Azerbaiyán reclaman para sí el enclave. La deriva belicista deriva en un conflicto interétnico, análogo y coetáneo al de las guerras yugoslavas. La población azerí abandona el Alto Karabaj y el área circundante, mientras la población armenia sufre pogromos y venganzas en la capital, Bakú, Najichevan y otras regiones de Azerbaiyán donde su presencia había sido también histórica. Los refugiados de uno y otro lado se cuentan por cientos de miles. La guerra es ya abierta y causará más de 30.000 muertos.

A pesar de la superioridad armamentística azerbaiyana y contra todo pronóstico, los armenios obtienen una rotunda victoria, que les lleva a ocupar una franja de territorio azerí más allá del Alto Karabaj (en verde oscuro) y que lo denominan franja de seguridad (en verde claro).

Azerbaiyán pierde el control sobre el Alto Karabaj y siete distritos circundantes. Desde 1992, la resolución del conflicto estará a cargo del Grupo de Minsk de la OSCE, copresidido por Rusia, EE.UU. y Francia. En 1994 se promueve un alto al fuego que perdura hasta hoy. Pero, a falta de un proceso de paz, las hostilidades continúan y esporádicamente surgen nuevos enfrentamientos.

La República de Artsaj

Su nombre hace referencia a la denominación histórica que los armenios dan a este territorio, Արցախ, es decir, Artsaj o Artsakh en caracteres latinos.

En 1991, en plena guerra, el Alto Karabaj se autoproclama como república independiente, y asume su defensa. Además del área «armenia» original de 4.400 km², se suman otros 7.000 km² del territorio ocupado a modo de franja de seguridad. En total, aproximadamente el mismo tamaño que la Región de Murcia.

La orografía de la República de Artsaj
La orografía de la República de Artsaj

No reconocida en ningún ente internacional ni por ningún miembro de la ONU, la República de Artsaj solamente forma parte de la Comunidad para la Democracia y los Derechos de las Naciones. Esta organización, también conocida como la Comunidad de estados no reconocidos, está formada también por Abjasia, Transnistria y Osetia del Sur, es decir, por estados no reconocidos que se han separado unilateralmente de otros países de la órbita ex-soviética.

Esta república de 141.000 habitantes, con capital en Stepanakert, funciona como un estado soberano con su propio gobierno, instituciones y fuerzas armadas. Pero con unas fronteras abiertas con Armenia, comparte partidos políticos, moneda, diócesis religiosa, etcétera. Incluso su bandera hace referencia a su pertenencia a Armenia a través de una flecha blanca escalonada en uno de sus extremos.

Pese a las presiones de los armenios de Alto Karabaj, Armenia no ha accedido nunca a anexionarse Artsaj, manteniendo una división formal y no reconociéndola como estado. De esta manera, puede evitar las represalias de Azerbaiyán y de la comunidad internacional. Aunque la República de Artsaj es acusada a veces de ser un estado títere de la República Armenia, no faltan a veces las desavenencias entre ambas, especialmente respecto al espinoso tema de la unificación.

Ağdam fue conquistada por las fuerzas armadas de Artsaj en 1993 y su población azerí desplazada
Ağdam fue conquistada por las fuerzas armadas de Artsaj en 1993 y su población azerí desplazada. Es hoy una ciudad fantasma, abandonada y en ruinas.

La situación actual: intereses contrapuestos

Azerbaiyán apela a las normas del Derecho Internacional y a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que defienden el derecho a su integridad territorial, a la retirada de tropas extranjeras de los territorios ocupados y al retorno de las personas desplazadas a sus lugares de origen. De hecho, el Nagorno Karabaj sigue siendo a todos los niveles parte de su territorio (casi el 9% de su extensión).

Mapa físico de Azerbaiyán, con el Alto Karabaj formando parte del país 
Mapa físico de Azerbaiyán, con el Alto Karabaj formando parte del país.

Los armenios del Alto Karabaj reclaman a su vez el derecho a mantenerse como un ente soberano o a unirse a la República de Armenia, argumentando que declararon su independencia de la URSS a la vez que Azerbaiyán. Al mismo tiempo, consideran como una mera cuestión de supervivencia el defenderse del “enemigo túrquico” que ocasionó un genocidio y la pérdida de gran parte del territorio armenio a principios del siglo XX.

¿Hacia una crisis internacional en el Alto Karabaj?

El potencial económico y militar de Armenia y Azerbaiyán ha cambiado durante estos últimos treinta años, y los complejos equilibrios geoestratégicos también. Una guerra abierta entre ambos países podría tomar tintes de crisis mundial y arrastrar a toda la región a una calamidad.

Fijándonos en sus poderosos vecinos y en los complicados equilibrios geopolíticos, podemos advertir las consecuencias que una conflagración podría acarrear:

  • Azerbaiyán y Turquía son aliados indiscutibles al tratarse de pueblos hermanos;
  • Rusia es el mayor aliado de Armenia y mantiene un fuerte contingente de tropas en el país. A su vez, mantiene buenas relaciones con Azerbaiyán a quien vende armamento;
  • Azerbaiyán nada sobre reservas de gas y petróleo, y de ahí el interés económico internacional que suscita. Bakú es paso de numerosos oleoductos y puerto clave en de la nueva Ruta de la Seda que unirá Europa y China;
  • Georgia, con sus relaciones con Rusia rotas, mira a la Unión Europea y a la OTAN. Comparte con Azerbaiyán y Turquía la gestión del segundo oleoducto más largo del mundo, y de una vía férrea que une el Mar Negro y el Mar Caspio. Pero Georgia también mantiene un fuerte vínculo histórico y religioso con Armenia;
  • Irán, a pesar de su régimen islamista, mantiene una relación amistosa con Armenia que va más allá de lo económico o cultural. Pero los azeríes son la minoría más numerosa de Irán y profesan la rama chií del Islam;
  • Siria y Líbano tienen grandes poblaciones de origen armenio y la guerra que desangra Medio Oriente ha llevado a kurdos, yazidíes o asirios a simpatizar con la causa armenia en contra de los intereses turcos;
  • Y más allá, la numerosa y dispersa diáspora armenia, es un importante lobby en países como Estados Unidos, Canadá, Rusia, Francia, Argentina, etcétera.

En unos momentos de una geopolítica multipolar tan cambiante, una guerra abierta en el Nagorno Karabaj puede convertirse en un auténtico polvorín.

Una difícil solución al conflicto del Alto Karabaj

En estos 30 años de disputa territorial, numerosas iniciativas de paz se han propuesto, pero sin resultado óptimo alguno. La mayoría de las soluciones, como la aprobada en los Principios de Madrid en 2007, pasan por la devolución a Azerbaiyán de la franja de seguridad y la creación de un corredor que una el Alto Karabaj con Armenia.

‘Principios de Madrid’: En naranja la Región Autónoma del Alto Karabaj antes de la guerra. En rojo los territorios armenios de la franja de seguridad que volverían a control de Azerbaiyán. En amarillo, el corredor que podría unir Armenia con el Alto Karabaj.

Este conflicto «helado» junto a otros tras la disolución de la Unión Soviética ha servido en numerosas ocasiones como válvula de escape para los políticos de Ereván y de Bakú. La activación de este conflicto fronterizo por unos días, ha valido a ambos gobiernos para enardecer el patriotismo y así desviar el foco de atención ciudadano de crisis institucionales o de problemas internos.

Sin embargo esta vez, la escalada bélica está alcanzando mayor virulencia. Tampoco parece ser casual el hecho que este repunte coincida con la irrupción de una envalentonada Turquía en el escenario geopolítico internacional.

De cualquier manera, se antoja complicada la solución a este largo conflicto en los confines de Europa.

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