La ejecución de los comuneros de Castilla.

La revuelta comunera de Castilla: una revolución adelantada a su tiempo

Pocos mitos españoles están a la altura de la revuelta Comunera de Castilla. Pero, ¿cuánto hay de realidad en ella? ¿Qué significó? Sin más preámbulos, comprobémoslo.

En el siglo XV, Castilla era un estado en pujanza y expansión, tanto territorial como económica. A mediados de siglo, se unió a una Corona en Aragón, en decadencia por una peste negra que se cebó con su territorio y por la pérdida de importancia de puertos como Barcelona y Valencia.

Castilla tenía cuatro millones y medio de habitantes, mientras que Aragón solo uno. El peso de la unión recayó, pues, sobre el territorio castellano.

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Los grandes centros económicos de la época

En esa época había tres grandes centros económicos en el reino. Por un lado, el camino entre Burgos y Bilbao, la ruta terrestre de la exportación de la lana hacia Flandes. Por otro, Valladolid y el centro de Castilla, una zona de una amplia presencia de funcionariado estatal.

Por último, Sevilla, a mitad de camino entre Italia y sus rutas comerciales con el norte de Europa. Posteriormente, con la Casa de Contratación y el monopolio del comercio con América.

El centro peninsular queda relegado

Burgos y Sevilla están en un momento de expansión. No así el centro de la península, que se ve desfavorecido por el movimiento hacia el sur del poder económico.

Los castellanos tenían miedo, cuando Carlos I fue nombrado emperador, de que se tratara a Castilla como una mera provincia más del Imperio.

Además, se creó un gran clima de desconfianza hacia los flamencos que vinieron con el monarca, que llevaron a cabo un auténtico saqueo del tesoro castellano. La verdad es que el rey, al principio, no se tomaba muy en serio su cargo.

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El centro de la península exigía una industrialización para que la lana no se fuera a Flandes, de donde volvía ya convertida en ropa con precios elevadísimos. Quería producir y transformar la lana en España, para que los beneficios de la fabricación se quedaran en la tierra.

Burgos y Sevilla, la periferia, centros de grandes comerciantes, se negaban. Así, las ausencias del rey, el poder en manos de los flamencos y, sobre todo, el asunto de la lana, hacen que comience la revuelta.

Prende la revuelta

La primera ciudad en levantarse, después de algunas revueltas en diversos puntos del mapa, fue Segovia, el 29 de mayo de 1520. Le siguieron Zamora, Burgos, Guadalajara… la revuelta era imparable, pero todos aguardaban la reacción de la más importante en Castilla la Vieja, donde se encontraba la Cancillería Real: Valladolid, que acabó adhiriéndose al levantamiento.

Tras una primera reunión en Ávila, la Junta se concentró en Tordesillas, donde estaba encerrada Juana la loca, con el objetivo de recibir su apoyo. No lo consiguieron. Cuando el ejército real los echó de Tordesillas, la junta pasó a Valladolid.

Es importante notar que esta revuelta fue un fenómeno de Castilla, el Reino de Toledo y el Reino de León, es decir, del centro peninsular, excepto Murcia, aunque esta se unió de una manera un tanto especial.

Principales ciudades de Castilla
Principales ciudades del Reino de Castilla en la época.

La Junta como representante del pueblo

La Junta decidió algo que hasta ese momento era impensable en Europa, y he aquí la verdadera importancia de la Revolución de las Comunidades de Castilla: en adelante, la Junta sería un representante democrático del Reino, que ostentaría el poder por apoyo popular por encima del rey.

Clausuraron las Cortes y se proclamaron gobierno legítimo del país. Al poco tiempo, la protesta llega al campo, donde se impregna de elementos antiseñoriales. Así, los bandos quedan al final constituidos en ciudades y campo, pueblo llano, pequeños señores y pequeños burgueses contra alta nobleza, grandes burgueses y monarquía.

Después de toda la guerra, explicada mejor en este artículo, solo resisten Madrid y, sobre todo, Toledo, donde María Pacheco organiza una férrea resistencia por la que es recordada como “la última comunera”. Cuando ella murió, murió también el movimiento.

Una revolución muy moderna

Como indiqué anteriormente, la revuelta fue de clase media y baja, la aristocracia y la alta burguesía estaban en contra de los comuneros, salvo contadas excepciones. A nuestros ojos parece una revolución muy moderna. Y eso a pesar de que el término revolución no fuera empleado hasta el siglo XIX.

No obstante, algunos historiadores la han visto como los últimos latigazos de un sistema feudal en decadencia, la única forma de luchar contra el creciente poder del rey.

Ciudades de la corona de Castilla con representación en las cortes de esta

No obstante, no es justo quitarle el valor revolucionario. Durante los años 1520/1521, en las ciudades comuneras el gobierno era democrático.

Un gobierno de base democrática

Así, tenían asambleas de barrio que trataban los asuntos municipales y también los estatales. Las ciudades hacían consultas a sus ciudadanos y estos tenían la sensación de estar, de verdad, participando en el gobierno.

En la junta de cada ciudad había representantes de todos los estamentos, pero solo los diputados, dos por cada barrio escogidos por elección, tenían derecho a votar las decisiones.

Respecto a la junta nacional, limitaría el poder del monarca con el fin de que este no usara los bienes del estado en motivos personales, como de hecho ocurrió. Cada ciudad enviaba tres delegados, uno de cada estamento, elegidos democráticamente.

Esta junta era la responsable del gobierno, y no el rey. La intención era crear una especie de monarquía parlamentaria.

Fueron conscientes de usar la palabra comunidad como representación del pueblo, del oprimido. Comunero era, en cierto sentido, lo opuesto a caballero. Se pretendió poner al pueblo por delante del rey, el bien de la generalidad del país estaba por encima de los caprichos del monarca.

Por esto, la comunera podría ser considerada como la primera revolución moderna de Europa.

Sobre el autor

19 comentarios en “La revuelta comunera de Castilla: una revolución adelantada a su tiempo”

  1. Muy interesante el articulo, aunque está escrito basandonos en escritores actuales.
    Por lo poco que he leido, y no soy historiador, las revueltas tuvieron un precedente claro: la toma de posesion por alguien extranjero del que no se fiaban. Y aqui mi lectura de los hechos poniendome en sus pellejos:
    Burguesia a favor, aquella burguesia con lazos que habian conectado con la realeza. En contra, tambien nobleza y clase alta (Padilla y Bravo lo eran) que querian mantener su status quo pero que no habian hecho contactos para garantizarlo. Como hacerlo? Metiendo el miedo en el cuerpo en aquellos que hacian masa y que tampoco se beneficiaban de la monarquia, la gente de a pie.
    Claramente para mi esto no es una lucha de clases altas y clases medias-bajas sino de dos sectores de las clases altas en ls que una consiguió convencer a bastantes del resto de clases.

  2. HABRIA QUE SABER SI LOS DESCENDIENTES DE ELLOS UTILIZAN LA SEGURIDAD PARA SEGUIR HACIENDO DAÑO, NO A LA MONARQUIA SINO A LOS CIUDADANOS NORMALES. HE SIDO PERSEGUIDA POR SUS DESCENDIENTES DESDE HACE TIEMPO. ENJUICIAMIENTOS INTERNACIONALES. MIS HIJAS SON UNAS PERSEGUIDAS, OBSESION CON JUANA I DE CASTILLA PARA CONTINUAR CON LAS JUNTAS DE GOBIERNO DE AVILA, EN NOMBRE DE ELLA Y SIN AUTORIZACION. LA PERSECUCION FERREA PARA COLABORAR CON ELLOS CONTRA EL REY. EN NOMBRE DE ELLAS UTILIZA LAS JUNTAS DE AVILA

  3. Raúl Izquierdo

    Hola
    Me gusta leer artículos así, con cierto rigor histórico, más allá de opiniones…. Yo tb he leído a Joseph Pérez, magistral y documentado. Algunos matices o comentarios:
    -En el momento de la revuelta comunera no existía el reino de León ni el de Toledo. Todo era Castilla, jurídicamente hablando. De hecho, Toledo era el paradigma de ciudad castellana…
    – En la edad media en la península se producen muchas revueltas, acciones bélicas….pero todas son medievales. Lo de Mallorca y tantas otras….además, con carácter muy local siempre…. La revuelta comunera se produce ya en una transición hacia el concepto de estado moderno….estamos en los últimos coletazos de la edad media….por eso es acertadísimo decir que es la primera revolución moderna….además, extendida a casi la totalidad de Castilla…
    – Podemos considerar esta revuelta como una confrontación entre castellanos….es decir, una guerra civil….aunque la revuelta parte contra el poder de un emperador extranjero, al final luchan en el mismo campo de batalla castellanos contra castellanos…nada nuevo bajo el sol, pero conviene no olvidarlo…incluso varios líderes comuneros traicionan la causa y son sobornados…
    – La comunidad autónoma de Castilla y León celebramos nuestra fiesta el 23 de abril, recordando la batalla ( más que batalla, fue una carnicería de comuneros) que derrotó a los comuneros, pero que supuso el comienzo de un espíritu de rebeldía, no conformismo e identidad histórica, que los poderes reales de siglos tanto trataron de acallar….Los castellanosleoneses deberíamos estar orgullosos de nuestras raíces…estamos ante una identidad histórica y nacional de primera línea….de siglos….pero acomodados y aletargados…
    Gracias por el artículo

  4. Interesante articulo, aunque a mi entender resaltas poco el carácter extraño a los castellanos de un rey ajeno y que no sabia hablar castellano, y sumado a ello sus cortesanos, que entraron como elefante en cacharrería acaparando puestos y prebendas, la arrogancia de Carlos en aquella epoca para con los castellanos supuso una parte importante del levantamiento.
    Respecto a la experiencia democrática habida en las villas, y que con razón alabas, era la forma habitual de funcionamiento en el Señorío de Vizcaya desde no se sabe cuando, las asambleas, votaciones y elección de cargos políticos era la practica habitual, sumado a ello las libertades individuales juridicas , ya que no se podía arrestar, embargar o extrañar hasta después de la sentencia. Si te interesa el tema de las libertades en la edad media, aunque nos pueda parecer un pleonasmo, te recomiendo el libro de Juan Jose Imbroda, nada sospechoso, El Señorío de Vizcaya, te gustara.

    1. ¡Hola!

      Como he contestado antes a otro comentario, sí, la organización democrática no era ninguna novedad, de hecho, era muy común tanto en el reino de León como en el de Castilla durante toda la Edad Media. Quizá la novedad radicó en hasta dónde quisieron llevar esa organización democrática.

      No conozco mucho del señorío de Vizcaya, me lo apunto que parece muy interesante.

      Gracias por el aporte.

      Un saludo.

  5. Buenas Bernardo,

    Una pequeña referencia a las Germanias no estaria mal, ya que son del mismo periodo y reivindicaciones y organizacion es similar.

    La comunera no es la primera revuelta. En 1450 hubo una en Mallorca, la Revolta Forana o Revuelta Foranea.

    1. Bernardo Ríos

      Hola, María.

      Iba a hacer una referencia a las germanías cuando comento que Murcia se unió de forma un poco especial, ya que su motivo estaba más relacionado con estas que con las comunidades. Pero no quería extenderme demasiado: no me parecía adecuado mencionar las germanías sin explicar nada de ellas.

      La comunera no es la primera revuelta, claro que no, menciono, y lo hago fundamentado en la opinión de varios especialistas (no solo la de Joseph Pérez, que es la columna vertebral del artículo), que es la primera revolución de características modernas. La verdad es que yo, personalmente, no tengo suficientes conocimientos para comparar una y otra, ya que conozco mucho mejor la revuelta castellana que la de la Corona de Aragón.

      Como todo, la historia cambia según quien la vea. Habrá opiniones para todos los gustos.

      Un saludo.

      1. Gracias por la especificación y el autor.

        Si alguna vez le interesa una introdución a las revueltas mallorquinas le recomiendo «Contra lo mal govern» de Jordi Maíz.

        Un saludo

    1. Bernardo Ríos

      Hola, Gabriel.

      El artículo está fundamentalmente basado en los libros de Joseph Pérez: La revolución de las comunidades de Castilla 1520-1521, y Los comuneros. Son magníficos.

      ¡Un saludo!

  6. Buen artículo, especialmente porque su brevedad no impide dar una clara visión de los motivos de la revuelta y de la organización básica de los comuneros.

  7. Felicidades por el artículo.
    Pones: «Sevilla, a mitad de camino entre Italia y sus rutas comerciales con el norte de Europa.»
    Es una errata?

    1. Hola, Marco.

      No, no lo es. Es culpa mía no haber indicado que se trataba de las rutas marítimas.

      No sé en Sevilla, pero cuando Cádiz pasó a tener la Casa de Contratación (organismo que regulaba y dominaba el comercio con América) había muchos comerciantes italianos afincados en la ciudad (creo que, sobre todo, genoveses). No sería extraño que la situación fuera la misma en la capital andaluza en el siglo XVI.

      Un saludo.

  8. Muy lindo artículo, lástima que aún en estos momentos, España no pueda gozar de una Democracia plena,
    pero bueno tiempo al tiempo, ya llegará como asi también los juicios reparadores por la guerra civil española.

    1. Hola, Ricardo.

      Tanto el Reino de León como el de Castilla fueron un tanto peculiares en el sentido al que haces referencia durante toda la Edad Media.

      Según Sánchez-Albornoz, las villas y ciudades pertenecieron en su mayoría directamente a la corona, y sus habitantes no eran siervos sino hombres libres. La condición de hombres libres se fue expandiendo al sur según se iban conquistando nuevas tierras.

      Las tierras, en estas comunidades, eran comunales y se repartían entre los habitantes. El pueblo, incluso, podía echar a sus mandatarios si se consideraba que no cumplían con su deber y tomar más decisiones en conjunto.

      Se puede hablar, pues, como bien dices, de una tradición «democrática» (usar esta palabra es un anacronismo) en los reinos de Castilla y León. Quizá lo revolucionario de este movimiento no fue el método que quisieron imponer, sino el nivel al que pretendieron elevarlo.

      Un saludo.

  9. ya que te permites escribir sobre la revuelta comunera quizas deberias haber leido antes

    «La revolución de las comunidades de Castilla (1520-1521)» de Joseph Pérez

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