Vicente Aupí es periodista, escritor y fotógrafo. Ha dedicado su vida a la difusión de la ciencia desde esa triple faceta, lo que le ha convertido en uno de los grandes divulgadores meteorológicos de España. Es autor de numerosos libros de referencia en el campo de la divulgación científica, entre ellos ‘Atlas del firmamento’, ‘Fotografiar el cielo’ o ‘Guía del clima de España’.
Pero si hay una temática en la que es experto, esta es el frío, especialmente el de la zona poblada que registra las temperaturas mínimas más extremas de España.
Hablamos del conocido como el ‘Triángulo de Hielo’. Es el título otra de la que probablemente sea su obra más conocida y que se constituye como el primer estudio climático publicado sobre el «Polo del Frío español». Aupí ha investigado durante los últimos 35 años el clima de España, en especial el de este triángulo geográfico, donde vive y donde él mismo realiza sus propias observaciones meteorológicas desde 1985.
¿Dónde está el triángulo de hielo?
El triángulo de hielo está asentado en la franja geográfica comprendida entre Teruel, Calamocha y Molina de Aragón. Allí se han registrado las temperaturas más bajas en zonas pobladas de España según los datos oficiales de la Agencia Estatal de Meteorología.
Concretamente, el 17 de diciembre de 1963 se registraron -30 ºC en el Observatorio de Calamocha-Fuentes Claras, un dato que supuso el récord oficial de frío en zonas habitadas de España y que se mantiene actualmente. Tanto aquel récord como los otros grandes episodios de frío que se producen por la zona de forma periódica han dado lugar a que el triángulo geográfico Teruel-Calamocha-Molina de Aragón sea considerado el Polo del Frío español.
Sin ir más lejos, en el invierno de 2021, en la localidad de Torremocha del Jiloca, donde el propio Aupí reside y situada dentro del triángulo de hielo, «se registraron -26’5ºC en la madrugada del 12 de enero, que es un valor comparable con ese registro de los años 60».
Según explica Aupí, «sin llegar a batirse el récord, se registraron valores comparables, con -25ºC en Molina de Aragón o en Bello y -21ºC en Teruel. Se registraron estas temperaturas bajas durante varias noches seguidas, que es una de las particularidades del triángulo del frío».
En este sentido, es importante destacar que «también se alcanzan temperaturas de -20ºC en otras zonas de España, si bien en la zona del triángulo del frío hay una mayor predisposición a que eso ocurra con mayor frecuencia».
Cencellada en Torremocha del Jiloca, en Teruel, el 28 de noviembre de 1985. Foto: Vicente Aupí.
Características geográficas del triángulo del hielo
La zona enmarcada por estas tres localidades «es una referencia». No quiere decir por tanto que «fuera del triángulo ocurra una cosa distinta desde el punto de vista climático». Fuera de la zona, en el entorno, «básicamente ocurre lo mismo», detalla.
Lo que ocurre es que, si uno acota la zona, hay una especial predisposición a que se den episodios de temperaturas inferiores a -20ºC. Así, entre finales del XIX y la actualidad Aupí tiene analizados más de un centenar de episodios en los que en algún punto de este triángulo se han observado temperaturas inferiores a los -20ºC.
No quiere decir que estas temperaturas mínimas extremas se den solo en esta zona. En otras zonas de España, esto ocurre también; por ejemplo en zonas de Castilla y León, en la zona pirenaica o incluso en puntos de Andalucía. «Aquí lo que sucede es que hay una mayor predisposición por el perfil orográfico y sobre todo porque en condiciones como las ocurridas en el pasado mes de enero de 2021, después de un episodio de grandes nevadas, ocurre que hay tres factores que confluyen: que se despeja el cielo, el aire se queda en calma y el suelo está completamente nevado».
«Efecto congelador» día y noche
Estos tres ingredientes dan lugar a una confluencia para que se genere un «efecto congelador» en la zona. Ocurre no solo por la noche, sino también por el día, cuando «el termómetro no sube de los 0ºC porque la propia nieve hace que el manto de aire que hay encima sea muy denso, muy pesado, y al final se crea como un pantano de aire frío que descansa sobre la zona y hasta que no cambia la circulación atmosférica se queda como en una nevera».
Este fenómeno coincide con la zona del triángulo y todo su entorno: toda la zona de Teruel, entre Calamocha y Teruel, entre los Montes Universales y la Sierra Palomera. El aire frío se estanca. En la zona de Molina de Aragón (Guadalajara) hay más vegetación, con lomas más suaves. Pero, en cambio, las calmas o ausencia de viento es todavía mayor, por lo que se estanca aún más el aire.
Paisaje de horizontes muy abiertos
En general nos encontramos con una zona de horizontes muy abiertos, lo que la convierte en «indefensa cuando se producen entradas de aire polar, que entran muy fácilmente».
«Así como otros valles están protegidos hacia el norte, estos no, de manera que se estanca ese aire y si encima el cielo se queda despejado y el viento no sopla, durante las semanas más frías y más oscuras del invierno, que son las de la segunda quincena de diciembre y la primera de enero, con noches muy largas, tenemos temperaturas muy bajas», explica.
Con todo, también explica que «este tipo de episodios no ocurren todos los años ni continuamente». De este modo, en un año normal, en invierno estamos hablando de temperaturas de -5ºC o alguna de hasta -10ºC. Y va más allá: «Una particularidad benigna de esta zona es que (en esos meses) por el día se superan los 10 grados positivos, lo que «no ocurre en todas las zonas». «Hay zonas en Aragón o Castilla y León en las que la temperatura es más fría durante el día que en el triángulo de hielo», aclara.
El frío y la despoblación de la España vaciada
Aupí cree que el frío «ha tenido que ver» en la despoblación porque hablamos de «una zona donde el clima es duro». Pero también tiene muy claro que este factor no es el único ni desde luego el que más peso ha tenido en el fenómeno que padece gran parte del interior de España, triángulo del hielo incluido.
«Puede haber influido porque muchos de los pobladores se fueron a vivir a zonas del mediterráneo donde el clima es más dulce. Pero yo muchas veces recuerdo que en Chicago hace más frío que en Teruel o que en la zona de Molina de Aragón y que allí no hay un problema de despoblación», valora.
De este modo, «aunque eso haya podido haber influido, no puede ser en ningún caso el factor desencadenante». En este sentido, Aupí destaca otros factores como «la penuria que se vivió a mediados del siglo XX que obligó a emigrar en conjunto a las ciudades». Algo que, según recuerda, ocurrió no solo en zonas frías como Teruel sino también en zonas cálidas como Andalucía.
El frío no es desencadenante de la despoblación
Por todo ello, a su juicio, «el frío no puede ser el desencadenante». «El clima es más benigno en el Mediterráneo, pero también digo que en esta zona de España (Triángulo del hielo) se respira, igual que en el conjunto del interior peninsular, un aire mucho mejor que el que se respira en ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia», destaca.
Sobre la despoblación, Aupí recuerda que en 2021 la mayor parte de las casas de la España vacía o vaciada tiene Internet, calefacción central o agua potable. «Eso no ocurría en el siglo XX, aquí a mediados del XX, la gente se calentaba con un fuego bajo y las temperaturas eran iguales o más frías que en la actualidad, con condiciones más duras que en el presente», explica.
Políticas de futuro para la España vaciada
«El problema no puede ser ese, el problema es otro. Lo veo con pena porque creo que hay que generar políticas en las que se permita una igualdad de condiciones, no ya de comodidad en las casas, sino en cuento al terreno laboral, de las comunicaciones y todo compatibilizado con el medio ambiente», explica.
En este sentido destaca como algunas iniciativas «un tanto oportunistas» han visto como en la zona de la España vaciada es un lugar bueno para colocar grandes parques energéticos. Algo que, a su juicio, «no es la solución como se puede ver». «Lo que hay que hacer es que la gente no se vaya, que la gente vuelva. Es complicado y lo veo con pena».
El propio Aupí es un claro ejemplo de esta vuelta a la España vaciada: «Yo he vivido la mayor parte de su vida en Valencia pero volví a Torremocha del Jiloca, donde están mis raíces. De momento mi plan es seguir aquí». Seguro lo hará vigilando de cerca el frío desde la estación meteorológica que con tanto mimo cuida desde hace ya más de 35 años.
Los podcast sobre el triángulo de hielo
Escucha a continuación el podcast de Geografía Infinita sobre el triángulo de hielo, una conversación entre Vicente Aupí y Gonzalo Prieto:
Me ha encantado escuchar esta conferencia que trata de las temperaturas tan bajas que se registraron en las comarcas del Jiloca. Soy nacido en Daroca el año 1947 y aquel episodio de frío no lo viví pues marche de Daroca a finales del año 1960. En las navidades de 1962 me encontraba en una población cercana a Portbou y el día de Navidad tuvimos más de 24 horas nevando y conforme caía la nieve se helaba. Observe que la orilla del mar se congelo lo recuerdo perfectamente. La población concreta era COLERA (Gerona).
Igual faltaría un mapa de la zona con las 3 ciudades para hacerlo más gráfico, no?
Toda la razón Cristian, lo incluimos. Muchas gracias por la sugerencia.
Un saludo
Gonzalo
Mi madre es nacida en El Pobo de Dueñas, en pleno triángulo de Hielo. Su ilusión era volver allí cuando se jubilara. Y así fué. Con buenos aislamientos ningún problema. Ahora la ilusión de sus hijos es hacer lo mismo dentro de unos años, no se nos ocurre un lugar mejor en el que estar ;)
Gracias por la mención al blog Recuerdos de Calamocha. He puesto algo mas de información a la cual me gustaría le dedicase su atención, partes, fechas y lugares concretos, funcionamiento del observatorio, nombres y testimonios.
Jesús Lechón, licenciado en Geografía, Universidad de Zaragoza 1987-1992
https://recuerdosdecalamocha.blogspot.com/2018/12/la-noche-del-frio.html
Quizás se podría ampliar hasta la zona de checa. Solo mirar la temperatura de este año