En el siglo XV se da en Europa un interés creciente por las expediciones marítimas. Los siglos XV y XVI se llaman los siglos de los descubrimientos, siempre desde una óptica europea. Los barcos castellanos y portugueses primero, ingleses, franceses, holandeses, suecos y hasta lituanos después, se lanzaron a conocer el globo y asentarse allá donde posaran los pies.
Una de esas grandes expediciones la constituye por ejemplo la primera vuelta al mundo de la historia, de Magallanes y Elcano. Pero hubo otros Estados con grandes navegantes de los que nunca hemos escuchado y, sin embargo, sí fueron conocidos en continentes lejanos a los de su origen, incluso en Europa: China, India, los musulmanes o Srivijaya son algunos de ellos.
En concreto, y a la vez que los portugueses intentaban circunnavegar África, otro país se lanzaba a la conquista, en su caso más comercial y menos colonizadora, del océano Índico y del este africano: China, con la gran figura de su almirante Zheng He.
Infancia y carrera militar de Zheng He
Nació, con el nombre de Ma He en la actual provincia de Yunnan en 1371. Puede que a algunos les suene el nombre de esta provincia. El actual gobierno chino tiene algunos problemas con la etnia hui, que allí habita. Esta etnia la conforman poblaciones de chinos, de habla china, que profesan el islam. El conflicto no es nuevo, de hecho, es antiquísimo.
Nuestro protagonista pertenecía a la etnia hui y desde pequeño había escuchado las historias de su padre y su abuelo sobre el viaje que habían realizado a La Meca. Estas historias de grandes viajes lo marcarían de por vida.
Al poco tiempo de nacer, el ejército imperial de la dinastía Ming entró en la provincia y lo capturó. Al poco tiempo lo castraron y lo enviaron, como eunuco, al servicio del futuro emperador Yongle en Pequín.
Allí recibió una buena educación y entró en la carrera militar. Durante una breve guerra civil, Ma He apoyó al bando de su señor, Yongle, y cuando se ganó la guerra el nuevo emperador le puso el nombre de Zheng He.
El emperador Yongle se enfrentó a la casta sacerdotal confuciana, que exigía el aislamiento del país. Así, en pocos años creó una inmensa flota de casi dos mil naves que estuvieran preparadas para navegar por alta mar. Yongle quería enviar misiones diplomáticas, establecer puestos comerciales, aumentar la presencia china en los mares y, también importante, el aparente carácter megalómano del monarca.
Zheng He: capitán de siete grandes expediciones
El capitán de las siete grandes expediciones que se llevaron a cabo fue Zheng He. Los barcos contaban con una tecnología más avanzada que la europea del momento, y llevaban a muchísimos más hombres. Se calcula que en cada uno de los viajes se embarcaron alrededor de 30 000 personas.
Los mayores barcos de la flota, los llamados barcos del tesoro, podían haber contado con 120 m de eslora y unos 50 de manga. Eran el doble de grandes de los barcos europeos de la época y unos de los mayores construidos jamás en madera.
Primer viaje de Zheng He
En 1405 zarpó el primer viaje con más de trescientas naves. La primera visita fue a la confederación de Champa, estado ubicado en la actual parte central-sureña de Vietnam. Después visitaron el reino de Palambang, en la isla de Sumatra.
Desde ahí tuvieron que sortear a los múltiples piratas del estrecho de Malaca y llegaron a Sri Lanka. Parece que no tuvieron muy buena bienvenida y llegaron por fin al que era su destino: Calicut. En su viaje de vuelta no consiguieron escapar a los piratas y tuvieron que enfrentarse a ellos. Consiguieron vencerlos.
Segundo viaje de Zheng He
El segundo viaje consistió en devolver a los embajadores que habían llegado a china en el primer viaje de vuelta a sus hogares. Los chinos aprovecharon para hacer de mediadores en los conflictos entre Siam y el Imperio jemer y nombrar al nuevo gobernardor de Calicut.
Tercer viaje de Zheng He
En su tercer viaje volvió a Champa y después paró en Singapur, entonces llamado Temasek. En Malaca, la diplomacia china volvió a actuar con astucia y consiguió un equilibrio de poder entre los estados de la zona. Esa estabilidad les permitiría mayores beneficios comerciales.
Tras rodear Sumatra llegaron a Sri Lanka, donde hicieron donativos a las tres religiones de la isla: budismo, islam e hinduismo. Tras atracar en Calicut, volvieron a China. Como curiosidad, uno de los regalos hechos a los budistas de Sri Lanka, una lápida de Buda, sigue existiendo hoy día y es visitable.
Cuarto viaje de Zheng He
En 1414 empieza una nueva etapa en los viajes, ya no se irá más al sureste asiático, sino hacia África y Arabia. Se tomó la ruta ya tradicional a través del sureste asiático hasta llegar a las islas Maldivas. Desde allí llegaron a Ormuz, en el estrecho del mismo nombre, ciudad que dejó impresionados a los chinos por sus riquezas.
Quinto y sexto viajes de Zheng He
Como había ocurrido anteriormente, el siguiente viaje consistió en dejar a los embajadores en sus hogares. Después de Ormuz continuaron hacia las costas africanas. Llegaron hasta Somalia y, a la vuelta a China, todos quedaron muy sorprendidos por los rasgos de los embajadores.
En el sexto viaje se volvió a los mismos puertos para dejar a los diplomáticos de estas tierras.
El último viaje de Zheng He
Pasaron seis años para que Zheng He volviera a hacerse a la mar. El emperador ya no era Yongle, sino Xuande. El principa, objetivo fue mantener la paz en los mares y retomar el comercio, que en este período sin expediciones había decaído. Fue la mayor de todas las expediciones y zarpó de Nankín en 1431.
Tras la ruta ya conocida, las embarcaciones se dividieron en dos grupos, una siguió hasta Arabia y África y otra se quedó en Calicut. Zheng He se quedó en la ciudad india por problemas de salud. Cuando el contingente africano volvió a Calicut, se preparó el viaje de vuelta.
Zheng He murió en un barco, navegando, como había pasado media vida, de vuelta a China.
Después de la muerte de Zheng He
Cuando los portugueses llegaron a las costas orientales de África, los nativos les comunicaron que también recibían visitas de otros hombres blancos, muy probablemente los chinos de Zheng He.
A diferencia del objetivo expansionista y colonizador europeo, los viajes chinos, en principio, solo tenían como fin la diplomacia, la expansión del comercio y el interés científico. Así lo demuestran los animales exóticos que fueron llevados a la corte del emperador, entre ellos jirafas y cebras, que causaron gran sensación.
El británico Gavin Menzies escribió un libro, titulado ‘1421’, en el que afirmaba que los chinos de llegaron Norteamérica en una de sus expediciones, pero la mayoría de los historiadores no dan validez a esta hipótesis.
Fuentes: