Todos los idiomas han recibido léxico de otros, normalmente según los contactos entre pueblos y la geografía, pero también hay otro método: una lengua de prestigio internacional.
Durante muchos años este fue el caso del latín, y en todas las lenguas de Europa encontramos multitud de palabras de origen latino, tomadas directamente de este idioma o recibidas a través de otro. Además, a través del latín pasó una cantidad ingente de palabras griegas.
Con el paso del tiempo, durante un breve período, fue el español la lengua de prestigio internacional en el área europea. Más o menos el siglo XVI y principios del XVII. Desde que el español dejó de ser lengua de uso internacional, el francés tomó el relevo y fue la lengua más prestigiosa hasta bien entrado el siglo XX. Incluso más tiempo, teóricamente, como lengua de la diplomacia internacional.
Junto al español y el francés siempre estuvo también el latín, y no fue hasta el siglo XIX cuando este se convirtió en una lengua de segunda consideración. A principios del siglo XX se convirtió en una lengua anecdótica.
El inglés siguió al francés, y es el idioma absolutamente dominante hoy día, y sin compartir el trono con el latín. El inglés se ha hecho tan global que es lengua en contacto prácticamente en todo el globo. El aluvión de palabras inglesas en todos los idiomas es, para algunos, una invasión con la que se corre el riesgo de perder la personalidad de la lengua propia. Pero creo que el miedo es infundado.
La importancia del léxico en las lenguas
Son famosos los artículos periodísticos españoles del siglo XIX en que los más catastrofistas hablaban del afrancesamiento de la lengua española. Auguraban un negro futuro en el que el español se convirtiera poco a poco en francés.
Todos los idiomas del mundo han adaptado palabras de otros durante toda su historia. De hecho, las palabras patrimoniales, las que se han dicho de forma ininterrumpida desde el latín, son minoritarias en el español, al igual que el resto de idiomas romances. Lo más probable es que el caso de las palabras patrimoniales sea el mismo en el resto de idiomas de Europa.
Los hablantes se nutren de palabras extranjeras, pero con el tiempo ya no se conciben como tal. Adaptadas, forman parte del léxico propio de cada lengua como cualquier otra palabra.
Solo una pequeña parte de la personalidad del idioma son las palabras, la mayor es su gramática. El caso del propio inglés es ejemplar. Es una lengua que ha absorbido palabras a mansalva desde sus orígenes, principalmente del francés y el latín. Aunque cerca de la mitad de su vocabulario sea de origen latino, es una lengua claramente germánica (pese a las opiniones de algunos).
El mapa de la relación léxica entre las lenguas europeas
En el mapa presentado a continuación, realizado por el cartógrafo Stephan F. Steinbach, autor del blog Alternative Transport, vemos la relación léxica de las lenguas de Europa, pero antes hay que matizar algunos puntos para poder entenderlo bien.
El tamaño de las burbujas se corresponde con el número de hablantes solo en Europa.
Faltan idiomas, dentro y fuera de Europa, como el bereber, el romaní (o los romaníes, las lenguas de los gitanos) o el armenio. El luxemburgués está incluido pero no tiene conexiones, como algunas otras. El alemán y el holandés serían sus idiomas léxicamente más cercanos y tendría una importante conexión también con el francés.
Es importante tener en cuenta que la proximidad que marca el mapa es solo léxica, no tiene nada de gramatical ni se refiere a la inteligibilidad entre idiomas.
Además, más importante todavía es tener en cuenta que la proximidad es ortográfica, no fonética. Por ejemplo, si cogemos las palabras llaves y chaves, en español y portugués respectivamente, se escriben prácticamente igual pero ni una sola letra se pronuncia igual en ambos idiomas.
Es la proximidad entre las grafías llaves y chaves la que se tiene en cuenta. Así, un hablante de español no tiene ningún problema en entender un texto en portugués, pero sí puede tener, y de hecho tiene (en las variedades europeas, al menos), para entenderse hablando.
No todos los idiomas están conectados en el mapa y, de hecho, algunos de ellos sí están fuertemente conectados en la ortografía del léxico, como por ejemplo el occitano y el catalán. Esto se debe, simplemente, a que no se ha estudiado esa proximidad.
Las lenguas romances
Empezamos por las lenguas latinas. Vemos claramente cómo las agrupaciones dialectales romances comparten más léxico: así, la conexión es muy intensa entre las lenguas ibéricas, entre las que aparecen el portugués, gallego, asturleonés, catalán y español. Es igualmente intensa con el occitano.
El catalán comparte más vocabulario con el italiano que el español o el portugués, pero menos que el italiano con el francés. A medio camino entre estos dos se encuentra el francoprovenzal.
El italiano también tiene una fuerte conexión con el sardo, lógicamente. El más alejado es el rumano, como corresponde a su peculiar situación geográfica. El picardo y el valón se encuentran al norte, sin relacionar, pero no casualmente cercanas a las lenguas germánicas.
Las lenguas germánicas
Entre las lenguas germánicas, siguiendo el camino del francés, el primero es el inglés, que no tiene una conexión especialmente fuerte ni con este ni con el resto de lenguas germánicas. El grupo escandinavo está fuertemente ligado en su léxico: sueco, danés, feroés, noruegos bokmal y nynorsk (dos variedades diferentes).
Este grupo se aleja del alemán, que tiene su pariente más próximo en el holandés. Un punto intermedio entre el alemán, inglés y holandés es el frisón, hablado en la provincia holandesa de Frisia y algunos puntos de Alemania. Este idioma es, teóricamente, comprensible con el anglosajón antiguo, la fase más antigua del inglés.
Las lenguas eslavas
En las lenguas eslavas llama la atención la situación del croata, serbio y bosnio. Las tres están nombradas, pero creo que lo hace por compromiso político. La mayoría de los lingüistas coincide en considerarlas una misma lengua.
De hecho, muestra de ello en el mapa es que las esferas que las representan no están unidas con líneas, como en el resto de casos, sino pegadas. Esto demuestra que el autor respalda la opinión general.
El esloveno, aunque fuertemente unido a estas lenguas, sí se separa. Otro caso similar se da entre el macedonio y el búlgaro, cuyas bolitas tampoco están unidas con líneas. Se puede observar que las conexiones entre las lenguas eslavas, en general y con la excepción del ruso, son más fuertes que en las otras ramas indoeuropeas. No es casual que sea la familia de lenguas indoeuropeas en que sus integrantes se parecen más entre ellos.
Otras lenguas indoeuropeas
El griego y el albanés, por sí solos ramas indoeuropeas, aparecen en mitad del mapa.
La rama báltica está presentada por el letón y el lituano, que encuentran mayores conexiones con el alemán y el polaco.
Consideraciones finales
El mapa no es del todo preciso por las conexiones importantes que faltan. Como mencioné antes, entre el catalán y el occitano, pero también algunas más relevantes, como el griego y el italiano, el español y el árabe, los idiomas balcánicos con el turco…
Pese a la clara inexactitud del mapa (no por mal trabajado, sino porque la cantidad de datos que hay que manejar es prácticamente interminable y el mapa sería indescifrable), es una buena manera de hacerse un resumen simple mental.
El mapa y algunas ideas texto están sacadas de estos artículos:
Lexical Distance Among Languages of Europe 2015
El léxico patrimonial latino del castellano anda por el 70% o algo más.
Hola, Roberto.
Hay que diferenciar entre léxico latino y léxico patrimonial.
Las palabras patrimoniales son las que se han dicho sin interrupción desde el latín hasta ahora y han tenido, en consecuencia, todas las mutaciones fonéticas de la lengua española o castellana. Podríamos considerarlo lo «contrario» al cultismo, por simplificar, que es una palabra tomada de alguna lengua en un momento concreto y que puede haber sufrido alguna variación fonética, pero no todas, o ninguna.
El léxico latino son todas las palabras que vienen del latín, sean cultismos, semicultismos o patrimoniales.
El primer grupo son una minoría; el léxico latino, en total, ronda el 85% del vocabulario español.
Un saludo.
Me parece muy raro que las palabras patrimoniales sean minoritarias, pues deberían constituir la base del idioma (con un porcentaje superior al 50 %). Creo que lo que disminuye el porcentaje es considerar como cultismos palabras como «exacto», «adaptar», «maligno», «benigno», etc. Estas palabras son patrimoniales, ya que sufrieron todas las alteraciones fonéticas, a pesar de que los grupos latinos «ct», «pt» y «gn» fueron restituidos más adelante.
Me extraña mucho que la distancia léxica entre el español y el gallego/portugués sea tan grande, del 25 %. Según Ethnologue, la similitud léxica entre el español y el portugués alcanza el 89 %, por lo que la distancia léxica entre ambas lenguas debería ser del 11 %.
Aunque claro, imagino que Ethnologue utilizará criterios distintos. Por ejemplo, «preguiçoso» y «perezoso» tienen la misma etimología (son verdaderos cognados), por lo que Ethnologue los incluye en ese 89 %. Pero imagino que este mapa incluirá a estas palabras en el 25 % de distancia léxica, pues los grafemas que las diferencian son múltiples.
La historia de los idiomas es una parte importante de la historia universal