Recreación aérea de la Península Ibérica

La influencia de la geografía en la historia de España

En 2005 se publicó “La Tierra es plana” de Thomas Friedman. Su ensayo reivindicaba la irrelevancia de la geografía en el mundo actual. Según Friedman, la globalización habría dado lugar a un mundo plano donde las distancias no existen.

Friedman cree que el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación, la competencia global y la deslocalización habrían producido una Tierra homogénea, en paz y con igualdad de oportunidades. En un mundo cada vez más interconectado parecía que la geografía perdía importancia. Para Friedman, las redes digitales estaban haciendo desaparecer las fronteras y vínculos del territorio.

Pero ¿ha ocurrido realmente así?

Hay otros puntos de vista, contrarios a la idea de Friedman, que reconocen la importancia de la geografía y la influencia que tienen las montañas, las llanuras y los mares en la historia.

Geografías de la península ibérica

Imagina el océano Atlántico, el Mediterráneo y los Pirineos. Los límites de la península dan al mundo ibérico un carácter excéntrico y relativamente aislado en relación con el continente al que pertenece.

La península, por un lado se abre ampliamente, gracias a una enorme periferia costera expuesta a las influencias externas, pero por otro lado ofrece resistencia a quien quiere adentrarse en su territorio, mediante sierras, grandes mesetas y un clima riguroso.

La abundancia de cadenas montañosas y la ausencia de ríos navegables, en comparación con otros países como Francia, han dificultado históricamente la articulación territorial de la península ibérica como una unidad.

Densidad de población en Europa
Densidad de población en el sur de Europa occidental.

El centro y la periferia

El historiador Pierre Villar divide la geografía Ibérica en dos unidades territoriales esenciales: el centro y la periferia.

Por un lado está la periferia. La franja litoral está separada del centro por la disposición del relieve y por la forma y orientación de los valles. Las periferias vuelven la espalda a la meseta central y miran al exterior. La tendencia a la dispersión de las regiones costeras ha propiciado que hayan tenido destinos autónomos en múltiples momentos de la historia, aunque ninguna de esas potencias tuvo jamás suficiente territorio ni fuerza para arrastrar decisivamente a toda la Península.

Calatañazor, en plena meseta soriana.
Calatañazor, en plena meseta soriana.

Por otro lado, en el interior de la península está el centro. Castilla es una inmensa fortaleza geográfica natural, elevada, rodeada de montañas y fácil de defender. En cambio, las zonas marítimas, especialmente las desembocaduras del Guadalquivir y del Ebro son las zonas más expuestas al exterior.

El centro necesita a la periferia para mantener el contacto con el exterior y no aislarse, pero la Iberia periférica siente difícilmente la atracción del interior. Hay equilibrismos entre el poder unificador del centro y la voluntad de las periferias a desperdigarse.

La tensión territorial de la península en la historia

La naturaleza contradictoria y no resuelta entre el centro y la periferia de la península se ha manifestado a lo largo de la historia, desde las profundidades geográficas hasta la superficie política.

La propia localización de la capital en Madrid es causa, entre otras razones, de una visión centralista y radial de la península. Se buscó una ubicación que minimizase el tiempo para llegar desde la capital hasta todos los márgenes.

Por razones similares, en el siglo XVIII se comenzó a construir el Canal de Guadarrama, que hubiese unido fluvialmente la submeseta sur con el océano Atlántico mediante un canal navegable de 771 Km. El canal pretendía comunicar las aguas de los ríos Guadarrama, Manzanares, Tajo y Guadalquivir, pero el proyecto finalmente fracasó.

En una carta de 1895 Unamuno ya escribió: “La cuestión es esta: o España es un país central o periférico; o sigue la orientación castellana, desquiciada desde el descubrimiento de América, o toma otra orientación”.

Las tensiones y armonías entre el centro y la periferia también se manifiestan en la historia contemporánea. En 2009 el PSD portugués increpó desde la oposición al gobierno luso que «Portugal no es una provincia española». En 2016 una encuesta del Real Instituto Elcano revelaba que el 78% de los portugueses deseaban unirse con España para formar una Federación Ibérica, pero la voluntad Iberista nunca se escucha demasiado.

La historia peninsular encierra una lucha entre el deseo de unificación del centro y una cierta tendencia de la periferia a la dispersión. Esa lucha explica parte de nuestra realidad, como se ejemplifica a continuación.

La red de transportes actual tiene un fuerte carácter radial y centralista, que está siendo olvidado gracias a las grandes mayorías valencianas favorables al corredor mediterráneo. El presidente de Mercadona y los empresarios valencianos exigen que “España debe ser circular además de radial”.

Mientras la construcción del eje central del AVE Madrid-Lisboa no termina de arrancar, en agosto del 2018 el gobierno central aprobó una inversión de 73 millones para un tramo del corredor Mediterráneo.

De HrAd – Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=17338661

¿Tasalocracia o telurocracia?

Una de las bases de la geopolítica es la contradicción entre el las zonas orientadas naturalmente al mar y aquellas orientadas a la tierra (talasocracias y telurocracias).

Las talasocracias son imperios marítimos que dependen del control del mar y ejercen su poder a través del él. Surgen en territorios que tienen vocación marítima por su geografía. Ejemplos de talasocracias fueron el imperio español, el imperio japonés, y lo es en la actualidad el atlantismo de la OTAN.

Estados mIembros de la OTAN
Estados mIembros de la OTAN

La telurocracias, en cambio, son imperios continentales que dependen del control del territorio. Surgen en zonas con vocación terrestre y en muchos casos están asociados a cuencas endorreicas.

Las cuencas endorreicas son áreas del territorio en las que el agua no tiene salida fluvial al océano (a diferencia del resto de cuencas fluviales), sino a lagos o mares interiores. La particularidad de las cuencas endorreicas es que si estás fuera de la cuenca, la tierra jamás te conduce naturalmente a ella, y si estás dentro, la tierra jamás te conduce naturalmente fuera. Ejemplos de telurocracias fueron la Alemania nazi y la URSS.

Principales cuencas endorreicas del planeta
Principales cuencas endorreicas del planeta. De Citynoise de Wikipedia en inglés, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1915166

La venganza de la geografía

En 2012 Robert Kaplan publicó “La Venganza de La Geografía”, donde se desplegó una firme reivindicación de la geografía como disciplina imprescindible para entender el mundo contemporáneo. Se puede interpretar que el ensayo de Kaplan se enfrenta a la teoría de “La Tierra es plana”.

Pero “La venganza de la geografía” no es sólo un ejercicio teórico. En el 2013, Kaplan decía lo siguiente sobre España: “Madrid se halla en un centro muy solitario de la Península y existen otros centros periféricos. Con la crisis y la cesión de poder a Bruselas es lógico que haya fuertes movimientos regionales. Si el centro controla un territorio muy amplio y no es suficientemente flexible, puede conducir a una excesiva burocratización y a una economía ineficiente”.

La geografía es determinante para la historia política aunque Friedman reivindique su irrelevancia. La visión terraplanista de Friedman es parte del discurso liberal que predica el fin de las tensiones globales gracias a internet, pero las tensiones territoriales persisten y la irrelevancia de la geografía es sólo una ensoñación ideológica. “La Tierra es plana” es una ficción que no termina de encajar con la realidad.

Sobre el autor

19 comentarios en “La influencia de la geografía en la historia de España”

  1. Muchas gracias por el artículo, muy interesante.
    Sobre este tema me gustó mucho el libro «¿Por qué fracasan los países?: Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza » de Acemogly y Robinson. Saca conclusiones muy interesantes sobre Eurasia vs América y cómo le ha ido a cada una por como están colocadas sus masas de tierra.

  2. El artículo no demuestra nada y fracasa en ofrecer dicha evidencia. Solo evidencia una cosa, su fobia al centralismo, a Castilla y a Madrid, y no explica el por qué, no lo logra explicar. Los datos están inconexos entre si. Me ha resultado una lectura decepcionante.

  3. Interesantísimo como muchos de tus artículos.
    Me puedes decir donde puedo conseguir la interpretación artística de España en perspectiva que usas de cabecera en éste articulo pero con mayor resolución.
    Gracias de antemano y enhorabuena.

  4. Aparte de los libros citados en el artículo, me parecen interesantes también, a la hora de hablar de un cierto condicionamiento de la geografía en la historia, los libros de Jared Diamond, especialmente sus libros «Colapso» (2005), en los que analiza por qué algunas civilizaciones se extinguieron mientras otras han sobrevivido, o su libro «Armas, gérmenes y acero», que aunque es de 1997 contiene un interesante estudio sobre porqué algunas civilizaciones han conquistado a otras y no al revés, todo desde un punto de vista geográfico, que tiene en cuenta tanto la disposición de los continentes como de los recursos naturales. De todas formas, es verdad que esta «bipolaridad» hispana, por llamarla de algún modo, entre la periferia y el centro, no se ha tenido mucho en cuenta a la hora de gestionar el territorio para conseguir un país más equilibrado en su gestión. De hecho, el centro peninsular, si no existiera Madrid como capital (generando recursos públicos y privados), sería un auténtico desierto sin ningún interés estratégico. Por eso, de cara al futuro, lo ideal sería conseguir unificar los intereses hacia afuera de la periferia con el páramo poblacional que rodea a la capital. En todo caso, es un artículo que abre un interesante campo de debate territorial.

    1. Así como está probado que la lengua que hablamos condiciona e influye en la forma que pensamos, la geografía define parte de nuestra acción. Este tema lo presumimos, aunque su abordaje en las ciencias sociales es nimio, en todo caso por lo que se, solo ensayos. Quizás alguien sepa de otros trabajos como los de Jared Diamond, que puedan aportar a su discusion.

  5. El artículo es muy interesante. Una prueba más en contra del «terraplanismo» es el abandono progresivo de zonas rurales en la Península, algunas en apariencia idílicas para vivir, pero que pierden atractivo por falta de infrastucturas básicas. Y hablamos del primer mundo. En otras zonas del planeta, apaga y vámonos. Recuerda a la invitación al conformismo de Fukuyama.
    Por otra parte, me extraña que no hayas tratado la particular disposición este-oeste de ríos y sistemas montañosos que ha condicionado nuestra historia lejana y reciente.

  6. Muy buen artículo: A parte del libro que mencionas me gustó mucho el siguiente trabajo de Kaplan, Prisioneros de la Geografia; en el que pone un mayor énfasis en la faceta Geopolítica.
    También, al ver el mapa de densidad poblacional, me he acordado de este artículo que ofrece una nueva perspectiva: https://www.lavanguardia.com/vida/20180126/44292753470/espana-europa-densidad-poblacion-estudio-barcelona-madrid.html
    Un saludo y seguid así!

  7. Daniel Antonio Jaimen Navarrete

    Bien. De acuerdo. Sin embargo, no es la Geografía, como tampoco la Orografía, la que condiciona la unidad económica y política sino el terreno. La Geografía o la Orografía son ciencias y las ciencias no determinan sino que estudían fenómenos.

    Además, la cocina española -no la gastronomía aunque también en su aspecto prescriptivo-, como síntesis de productos propios y provenientes de distintos climas dentro de España, es la que refuerza una unidad que con la monotonía relativa de los productos locales no podría conseguirse. Digamos que las diferencias no siempre se traducen en oposición o en antagonismo o en simple desunión sino también en atracción y complementariedad.

    1. Tanto «geografía» como «orografía» se utilizan regularmente como sinónimos de terreno. En el caso de la segunda, incluso más que en el sentido de ciencia. Ambas acepciones aparecen en el diccionario de la RAE.

      1. Daniel Antonio Jaimen Navarrete

        La RAE idce muchas tonterías. Por lo pronto, no hace mucho todavía confundían cociente con coeficiente y todavía hoy dice su diccionario que el valenciano es una variante del catalán; lo que contradice abiertamente lo que todo filólogo sabe.

        Además, no se debe nunca confundir hechos con normas o con valores. Que se haga, ya lo sé. Que se deba hacer es un asunto distinto.

  8. Yo diría que más que una teoría es una locura, aquello de que la tierra es plana, pareciera ser que lo que quieren «aplanar», son las mentes, pero no lo lograrán.

    1. O sea que tal vez hubiera sido mejor no haber descubierto la rueda. Una cosa es que la geografía haya condicionado la Historia y otra que, obviando los avances tecnológicos, nos empeñemos en que condicione el futuro.

  9. El título tendrá que ser «Influencia de la Geografía en la Historia de la Península Ibérica». Salvo que Canarias no sea España. Es tremendo constatar la invisibilidad/desconocimiento de muchos geógrafos españoles con respecto a Canarias.
    Saludos desde Las Palmas de Gran Canaria.

    1. La conquista de Canarias fue uno de los primeros pasos en la expansión ultramarina de un reino que llevaba siglos basando su éxito en la ampliación constante de su territorio, motivada en buena parte por esa situación de dominio geopolítico de la meseta que el autor comenta, así que la historia de Canarias también está condicionada por la geografía peninsular. Con ese apellido seguro que lo sabes bien. Un saludo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Scroll al inicio