Cuando vivió en Marruecos tenía una casa que estaba muy vacía, así que cogió unas cintas adhesivas y dibujó un mapa artesanal del mundo de unos 3 metros por 2 de altura.
Luego hizo mucho café, empapó una esponja de cocina y la pasó por la parte enmarcada con las cintas.
Salió un mapa «muy interesante» en el que iba escribiendo de vez en cuando cosas que pasaban relativas a un sitio u otro del mundo relacionado con él.
«Pena que no conservo fotos del experimento».
Habla para Geografía Infinita Massimo Pietrobon, el autor de un mapa que seguro muchos recordaréis, el de Pangea con las fronteras tal y como las conocemos hoy en día. Massimo es veneciano, tierra de grandes viajeros y cartógrafos. Reside en Barcelona desde hace 8 años y ha pasado largas temporadas en Sierra Leona, Marruecos, Angola, Mozambique y Brasil. Cuando viaja lo hace «por más de un mes» para quedarse con la esencia de los lugares que visita.
– ¿Desde cuándo tu afición a los mapas?
– No lo sabría decir exactamente.
En realidad, nadie podría responder a esa pregunta con claridad. No hay un día, una hora, un sitio… Ni siquiera para él, que vive y piensa rodeado de ellos.
– Los mapas me encantan desde siempre. De hecho a veces me pregunto yo mismo el porqué de tanta afición. Mi casa está llena de atlas, mapas y globos del planeta tierra. Siempre que tengo un momento libre frente a la pantalla de Google, voy buscando mapas. A veces al tener una hoja blanca, si no sé qué dibujar o escribir, dibujo mapas.
– ¿Qué ves en los mapas?
– En los mapas veo las infinitas posibilidades de la vida, los posibles recorridos por el mundo, la gente que se podría encontrar por el camino… una especie de máquina de las posibilidades imaginativas.
Pero creo que va más allá de esto, se mezclan muchas cosas: el respeto hacia la gente y las diferentes culturas en todo el mosaico de la humanidad. Son un pequeño esfuerzo para hacer sentir a los otros igual de importantes que nosotros.
También se mezclan las ganas de entender el mundo en su complejidad: cada mapa es una simplificación del mundo que da una idea directa e intuitiva de un concepto, así que los mapas son virtualmente infinitos según el enfoque que les des y cada nuevo mapa puede romper un esquema que tenías del mundo y ampliar tu visión del todo.
Por último, no puedo negar la fascinación puramente gráfica que los mapas me provocan: es más fuerte que yo, me puedo pasar mucho tiempo mirando un solo mapa, se convierte en algo casi hipnótico. Muchos son pequeñas maravillas gráficas, especialmente los que se salen de las convenciones típicas y más usuales.
En fin, no sé cuando comencé a adorar los mapas, simplemente me fascinan por demasiadas motivaciones. Supongo que todo se remonta a mi infancia, por razones varias y solapadas. Definitivamente cualquier mapa es un maravilloso juego de la imaginación.
Massimo habla italiano, castellano, francés, inglés y portugués porque vivió «en países que hablan estas lenguas más que por haberlos estudiado de verdad», según confiesa. También bastante catalán y poco alemán, «muy poco la verdad». «En familia hablamos el veneciano, un dialecto bastante distinto al italiano». A esta larga lista le pone un comentario: «parece mucha cosa, pero al final se trata de variaciones neo-latinas. Es una lista grande, pero en realidad no lo es tanto».
No sorprende que actualmente trabaje como intérprete en varios idiomas para cursos de formación internacionales. «Trabajar en traducción simultánea no es mi formación, yo estudié y trabajé como arquitecto hasta hace unos años, pero aparte de que estos no son años para arquitectos en los países del sur de Europa, tampoco puedo decir que la rutina del arquitecto me motive mucho», cuenta.
«Lo de los idiomas está bien por conocer nueva gente, viajar de vez en cuando y sobre todo porque me da mucho tiempo libre». Así es Massimo, un hombre de mundo, que necesita espacio para desarrollar lo que denomina «locuras creativas», una actividad que le hace «mucho bien». «Es gracias a este equilibrio sostenibe por lo que me dedico a desarrollar mapas o ideas ya que de otra manera no me daría tiempo a pensar o crear. Y esto no es importante para los demás, es importante para mi», añade.
– ¿Cómo desarrollas esas ideas?
– Hace unos años decidí desarrollar algunas ideas que se me van cruzando por la cabeza. A veces tienen un punto de genialidad, a veces son absurdas, tonterías, a veces son simples experimentaciones gráficas y a veces tienen un valor social, de reflexión. Por buenas o malas que fueran esas ideas, decidí crear un contenedor público de estas inspiraciones, no tanto por ser importantes o geniales, sino para desarrollarlas un poquito de manera que puedieran servir a otros, quizás, de inspiración. Es sobre todo porque yo comienzo muchas cosas y no acabo ninguna. Muchas de estas ideas son geográficas, al ser la geografía una de mis pasiones. A veces las apunto en libretas, cuadernos u hojas sueltas.
El mapa de Pangea Política es uno de esos ejercicios de cartografía imaginativa que Massimo Pietrobon lleva a cabo en su blog. Dio la vuelta al mundo. Por su belleza, por su originalidad. Por su genialidad. Se hizo viral allá por 2013, aunque los límites cronológicos de todo lo que da vueltas por Internet nunca estén claros.
Pero el asunto es que aquel mapa, una invitación para imaginar un mundo unido, con vecinos que nunca hubiéramos sospechado a primera vista, comenzó a compartirse desde Estados Unidos a España, Francia, Alemania o Reino Unido. Y, por supuesto, en el blog de Frank Jacobs, Strange Maps, un referente para los que nos gusta este mundo cartográfico. Asimismo consiguió ser Map of the day en el prestigioso portal CityLab de ‘The Atlantic’.
Según relata Massimo, la idea de este mapa de Pangea había surgido mucho antes de que se hiciera conocido. Concretamente vio la luz en 2009.
– ¿Cómo fue el proceso de creación del mapa de ‘Pangea política’?
– En un post de 2009, bajo el nombre «Geografías Alternativas» publiqué algunas formas de desestructurar mapas para crear choques geopolíticos y subrayar conceptos sociales. Entre ellas la Pangea Política, en versión embrionaria, desarrollada lo mínimo posible para poder transmitir la idea de fondo: la unidad del mundo y de la humanidad en su estadio originario, más allá de las divisiones y de las fronteras.
Por supuesto se unía también la curiosidad puramente geográfica de ver como se unirían los estados y las ciudades a lo largo de las costas tan complementarias del Atlántico y de otros lados del mundo. La idea se paró allí durante unos años, hasta que decidí desarrollarla un poco más, por ser una idea potente, interesante.
Hice una profunda búsqueda sobre las diferentes teorías tectónicas y decidí como lidiar con los muchos problemas de representar en un mapa tierras que hace millones de años todavía no se habían generado volcánicamente o por orogénesis y al final me puse a dibujar el mapa, para entretenerme, por curiosidad. Tardé algo como una semana en acabarlo. El resultado no es científico, ni perfecto (de hecho cambiaría algunas cosas todavía), pero su valor es simbólico y conceptual, así que va bien así y ya está.
Me gustó y lo publiqué, sin más, como todas las absurdidades que publico en mi blog. No pensaba que se habría convertido en algo viral en la red, un día, un par de años después.
– Si tienes que elegir una proyección cartográfica, con cuál te quedas…
– Esta pregunta es un enigma de imposible solución. Cada mapa representa un tipo de enfoque del mundo y por lo tanto tiene sentido e interés según la lógica que expresa. Lo que trato siempre de evitar son los esquemas preconcebidos de mapa que cristalizan la visión del mundo.
Así que cada mapa, si se repite o si queda como único, se convierte en algo que da una idea equivocada del mundo. De todas formas, si tuviera que quedarme con uno, diría una proyección de Peters, con el Este en lugar del Norte y con todos los lugares escritos en lengua y alfabeto local, con colores del mapa no convencionales y que se burle de alguna manera de las fronteras nacionales.
– Hace poco mostraste el efecto de la proyección Mercator sobre tu cabeza. ¿Por qué ocurre esto? ¿Podrías explicar ese ejercicio un poco más?
– Ese juego gráfico es simplemente una aplicación de mis inquietudes geográficas. En mi intento de encontrar nuevas visiones del mundo siempre me choco con el problema de la representación bidimensional del globo tridimensional. Una problemática antigua y famosa que implica muchas cuestiones ideológicas sobre como entendemos el mundo.
Aunque estas cosas se sepan de una manera lógica, a nivel intuitivo son difíciles de cuantificar. Es por eso que a veces sorprenden estos mapas que comparan dimensiones de países lejanos o que solapan continentes. Uno sabe que el mapa está deformado, pero entender cuanto, es difícil. Por eso traté de hacer lo mismo con mi cabeza.
Una cabeza humana tiene unas proporciones claras y aunque no sea perfectamente esférica se acerca a la forma de una bola. Representar una cabeza humana en proyección Mercator da una idea intuitiva de lo diferente que puede ser una representación-mapa bidimensional con respecto a la realidad tridimensional del objeto originario.
¡Por otro lado es un simpático juego gráfico que hace pensar que tengo mucha geografía en la cabeza!
– De los mapas que has realizado, ¿de cuál estás más orgulloso?, ¿cuál crees que no se ha valorado lo suficiente?
– El mapa de la Pangea Política fue para mi una gran sorpresa. Ver que a tanta gente le gustaba ese juego gráfico con un fondo conceptual me alegró mucho. Fue del todo inesperado, por eso creo que es el mapa del que estoy más orgulloso. Sin embargo es verdad que creo que hay otros mapas buenos en mi blog, para alguien que le guste este tipo de cosas.
– ¿Cuáles crees que merecen un vistazo?
– Sobre las comparaciones geográficas el mapa de todos los continentes que caben en el océano Pacífico o los mapas solapados. Interesantes me parecen los mapas equivalentes donde se intercambian los nombres de los países con otros de igual tamaño (The equivalent countries) o de igual población. Una de los últimas me encanta, se llama Groenlandia de paseo por el mapa.
A nivel gráfico, el mapa de las placas tectónicas como si fueran estados diferentes, los ultra-maps, las geo-uniones, el map-potrait o el anachromap o sea un mapa del mundo en proyección Mercator hecho con cuadritos, cada uno de una época distinta, desde el 1500 al 2000. También merecen la pena el Möbius world map, el atlas tridimensional o el anamorfosis planetario o los continents’ kisses.
Conceptualmente, los mapas de evolución histórica del mundo (evolución histórica de Venecia) y de África, según una imagen en movimiento que pone en secuencia cronológica rápida los mapas desde lo más antiguo al más moderno o, por otro lado, los mapas de geografía personales.
De curiosidades, el mapa de mysteries of time-zones o el de toda la población del mundo concentrada en un solo punto como si estuviera en un concierto. También la lista gráfica de los países por orden de norte a sur tiene su encanto, como las constelaciones proyectadas sobre el mapa del mundo.
A nivel social, hay un mapa de las razas humanas donde en todo lado está escrito simplemente “humanos” sin hacer diferenciaciones o el “atlas de las cercanías”
– Te defines como “siempre en procesamiento”, ¿por qué?, ¿no puedes vivir sin crear?, ¿o es que todos estamos siempre procesando?
– Creo que todos vivimos procesando continuamente, lo que varía son los intereses y la voluntad de dedicarles más o menos tiempo. En mi caso, el problema (o la ventaja) es que tengo muchísimas curiosidades y me entretengo con ideas extrañas. Le doy mucha importancia a este lado creativo, no necesariamente genial o artístico, e invierto tiempo en eso por la simple razón que me entretiene. Soy muy bueno en imaginar o empezar cosas, pero soy pésimo en llevarlas a cabo, así que las comparto, por si a alguien les apetece ir un poco más allá de lo que lo hice yo.
– ¿El hombre tiene que encontrar su lugar en el mapa?
– Pregunta interesante. Quizás se tenga que perder, más que encontrar. El mapa para mí es un desafío a la seguridad de las ideas que tienes sobre el mundo que te rodea.
– ¿Qué pasa con la gente que no se orienta con facilidad o directamente no se orienta?
– Creo que orientarse no tiene necesariamente mucho que ver con el gusto por la geografía y sus implicaciones gráficas y teóricas. Yo me oriento bastante bien, pero creo que a veces uno en el mapa busca lo imprevisible, el área en blanco, el lugar desconocido, por explorar.
Perderse es un buen sistema para conocer el mundo. Quizás los mapas no nos sirvan para orientarnos, sino para desorientarnos desde nuestro centro.
– Como viajero y ciudadano de mundo, nacido en Venecia y residente en Barcelona, ¿qué diferencias y similitudes encuentras entre España e Italia?, ¿eso del carácter mediterráneo tiene algo de cierto?
– Sí, por supuesto. Hace unos 8 años que vivo en España y estoy convencido de que somos pueblos muy parecidos, hermanitos.
Culturalmente muy cercanos, aunque esté claro que hay muchas diferencias, entre las dos naciones y dentro de ellas mismas.
Pero el carácter de la gente y la manera de compartir y vivir es muy parecida. Creo que, fuera de Italia, España es el sitio donde un italiano se puede sentir más en casa.
PASAPORTE
Si hubiera que elegir un país…. ¿cuál elegirías? ¿por qué?
De los que he visto yo, diría Sierra Leona. El lugar maravilloso, pero sobretodo gente muy amable de gran corazón. Lástima que esté tan aislado (o suerte, no sé…) pero se da el caso que siendo así, vivir allí es un corte demasiado grande con mi mundo, mi familia, mis amigos. Soy de aquí, lo cual, no está mal.
Un oceáno…
El único que no he visto, el Pacífico: inmenso y todo para descubrir.
Un mar…
El Mediterráneo, un mar de muchos mares. Un lugar de muchas culturas y muchas historias todas diferentes, pero al fondo, la misma cultura y la misma historia.
Un sistema montañoso…
Mis queridas Dolomitas. Es el lugar de la tierra de mis raíces más cercano al cielo.
Un lago…
Titicaca. Con sus islas flotantes. Como en un sueño.
Un ciudad…
Babilonia, en su versión mítica. Ciudad de todas las gentes y todas las lenguas.
Una bandera…
Un mapa…
Quizás Fra Mauro, mapa del 1457.
Puedes encontrar todos los trabajos de Massimo Pietrobon en su blog o en su cuenta de Twitter.
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