El mundo académico y científico muchas veces se ve lastrado por el peso de la tradición. Y esta tradición no viene solo de la mano de una sociedad que no entiende sus investigaciones, sino de otros colegas investigadores.
En la película Inception, traducida en España como Origen, de Cristopher Nolan, Dom Cobb, interpretado por Leonardo DiCaprio, dice una frase que me encanta por su aplicabilidad al mundo real: “Una vez que una idea se ha apoderado del cerebro es casi imposible erradicarla. Una idea completamente formada y entendida, que se aferra”.
El inicio de la historia y el neolítico en Europa
Todos hemos aprendido que la historia comienza en el -3000, aproximadamente. Y este hecho no es casual: la ciencia histórica, tradicionalmente, se ha fundamentado en la investigación del pasado a través de los documentos escritos. No hay documentos escritos antes de la invención de la escritura, por lo tanto, es la invención de la plasmación de las lenguas humanas lo que hace entrar a la humanidad en la historia y le hace abandonar la prehistoria.
La cuneiforme de Mesopotamia se ha considerado la primera escritura de la humanidad. Se da por sentado. Es casi un hecho indiscutible. De forma independiente, pero más tarde, surgió la escritura egipcia, la china, la zapoteca… por mencionar solo las más famosas.
En este blog he hablado varias veces sobre los indoeuropeos, esos pueblos de las estepas ucranianas, según la teoría más aceptada, de la lingüista Marija Gimbutas, que en varias oleadas fueron colonizando Europa y otras zonas de Asia Menor hasta llegar a la India e incluso a la actual China.
Ellos trajeron las lenguas indoeuropeas, que se continúan hablando mayoritariamente en los territorios a los que llegaron. El latín, por ejemplo, era hija del indoeuropeo, que podríamos decir que era el ancestro del español.
La cultura Vinca
Antes de la llegada de los indoeuropeos a Europa existió una cultura llamada Vinca. Tenemos que entender que, para estos tiempos, una cultura no era más que eso, un área cultural, varios grupos humanos que compartían de forma involuntaria, debido al peso de la tradición y la mutua influencia, rasgos culturales comunes. No había lazos políticos (al menos no los habría en el sentido en que los entendemos ahora). Recibe este nombre por un poblado descubierto cerca de Belgrado, capital de la actual Serbia.
Esta cultura, aunque dio muestras del dominio del bronce, se considera neolítica. Surgió alrededor del -5000. Ocupaba una extensa área balcánica: Desde Bosnia hasta los Cárpatos, Sofía y Skopie.
Vivían en casas de madera y barro con varias habitaciones, con el clásico horno en la habitación principal para cocinar pan. Destacan las cerámicas de tonos oscuros, así como sus ídolos: figuras, seguramente religiosas, con cuerpo humano y cabeza de ave. Hay también evidencias de que practicaron la minería.
Sorprende que sus ciudades no estaban construidas en los sitios donde la defensa era más sencilla, sino donde abundaba más el alimento. Tampoco se han encontrado armas ni rastros de cultura bélica.
Asimismo, también destaca que no se han hallado nada parecido a palacios, casas mayores que otras ni hogares de prominencia. Por el contrario, tenemos testimonio de un elevado número de templos, por lo que la religión debería formar una parte fundamental de las vidas de estos antiguos europeos.
La escritura de la Vieja Europa
Hasta aquí la cultura Vinca podría parecer una cultura neolítica más (a ojos de un lego en temas prehistóricos). Sin embargo, estas gentes son motivo de una controversia en la actualidad: se sospecha que pudieron inventar un sistema de escritura antes que los mesopotámicos.
A esta posible escritura se la ha llamado alfabeto Vinca o escritura europea antigua (Vieja Europa es el nombre que Marija Gimbutas dio a la Europa preindoeuropea).
Esta escritura consta, esencialmente, de símbolos que nos son incomprensibles actualmente grabados en cerámica. Se han encontrado en Serbia, Rumanía y Bulgaria, y, en menor medida, en otros países balcánicos como Grecia.
Muchos expertos arqueólogos consideran que estas inscripciones son pictogramas, como lo fueron en sus inicios, presumiblemente, las escrituras jeroglíficas y cuneiforme. Si esto fuera cierto, la escritura nació en los Balcanes 2000 o 1000 años antes que en Mesopotamia.
Los dos ejemplos más famosos de esta supuesta escritura son las tablas de Tartaria, descubiertas en Rumanía, y las de Gradeshnitsa, en Bulgaria.
Harald Haarmann, un famoso estudioso de la cultura Vinca, ha defendido las similitudes que existen entre los símbolos hallados en estas zonas balcánicas con el lineal A de Creta. El lineal A es una escritura de la isla de Creta que no ha podido descifrarse, y no se sabe si bajo esos signos se esconde una lengua indoeuropea, semítica o de cualquier otra familia.
Críticas a la teoría
Pero no todo parece ser tan evidente. La hipótesis de que nos encontraríamos ante la primera escritura de la humanidad es criticada por algunos.
El principal argumento en contra es que no se ha hallado la repetición de símbolos sistemática que requiere cualquier lengua escrita. Sin embargo, en 1993 se encontró la Tabla de Dispiló, cerca de la homónima localidad griega, en la que se pueden ver símbolos que estarían relacionados tanto con los de la cultura Vinca como con los del lineal A de Creta.
El debate sobe el origen de la escritura está servido.
- Villar, Francisco Los indoeuropeos y los orígenes de Europa Gredos, 2ª edición, 1996, Madrid
- Esas cosas
- Wikipedia
- Blog Norak
Bueno, otra protoescritura más. Qué interesante. El problema de comparar de protoescrituras con escrituras es que si se da la fecha de la protoescritura que llevó al cuneiforme son varios miles de años antes que la escritura en sí. :)