El archipiélago de Tristán de Acuña es el lugar habitado más inaccesible del mundo. Su único asentamiento consta de 293 habitantes (2016) y su actividad económica es, mayormente, de subsistencia. Su población vive en la isla que da nombre al archipiélago volcánico, cuyo relieve y escaso tamaño (98 km2) ha condicionado la historia y el modo de vida de quienes la han poblado.
No tiene aeropuerto y su puerto marítimo es muy pequeño. Si quisiéramos llegar a Tristán de Acuña tardaríamos unos 7 días desde Ciudad del Cabo en Sudáfrica, siempre y cuando consiguiésemos un pasaje a bordo en los navíos que se aproximan al archipiélago, cuya frecuencia es, como mucho, de una vez al mes. Incluso tendríamos que tener la autorización del Alcalde de la Isla, obtener un certificado de la policía británica y demostrar que hemos comprado el billete de vuelta a Ciudad del Cabo.
Pero Ciudad del Cabo no es el lugar habitado más cercano, sino la la isla de Santa Helena, ubicada a 2.161 km al norte: 4 días en barco.
El resto de las islas que forman el archipiélago son la Isla Inaccesible, la Isla del Ruiseñor (Nightingale Island) y la Isla de Gough (también conocida como Gonçalo Alvares o Diego Alvares), todas ellas deshabitadas.
En efecto, no se trata de un destino turístico popular. Quizá la Historia nos ayude a entender por qué.
El descubrimiento de Tristán de Acuña
En plena Era de los Descubrimientos, los intrépidos navegantes portugueses acostumbraban a circunnavegar el continente africano para llegar al sureste asiático, siguiendo la línea de costa en gran parte del recorrido para no extraviarse.
En este caso, el explorador y comandante Tristão da Cunha (Tristán de Acuña en español) avistó la isla en el sur del Océano Atlántico en 1506, durante una de sus campañas militares en la costa oriental de África. Debido a condiciones climáticas desfavorables, fue imposible realizar un desembarco, pero a partir de ese momento, la Isla de Tristán de Acuña aparecería en las cartas marítimas portuguesas y a partir de 1541 en el mapamundi de Mercator.
Los primeros en poner un pie en la isla fueron los hombres de la tripulación holandesa del Heemstede, el 17 de febrero de 1643 al mando de Claes Gerritsz Bierenbroodspot. Al igual que los portugueses e ingleses en la época, la Compañía Holandesa de las Indias Orientales efectuaban su periplo mercantil en busca de las riquezas de Asia, y atracaban en los lugares que pensaban que podían ser favorables para reponer suministros.
Geografía insular de Tristán de Acuña
Diferentes expediciones holandesas desembarcaron en Tristán de Acuña para explorar la isla, cuya geografía agreste y exuberante resultaba todo un hallazgo para los científicos.
Sus acantilados escarpados de 600 m presentaban un aspecto imponente y dificultaban la fundación de otros asentamientos. Tan sólo el noroeste de Tristán era accesible para los barcos, gracias a una lengua de tierra que se expandía mar adentro en forma de abanico.
En la cúspide de este relieve accidentado, a 2.026 m de altura, el Queen Mary´s Peak corona la isla-volcán, que ha sido edificada desde el fondo oceánico en un proceso geológico denominado Punto Caliente (Hot Spot). Este estrato-volcán está formado por diferentes capas alternas de ceniza y lava, y si lo midiésemos desde su base en el fondo marino, la altura total sería de 5.500 m. Tan sólo el 40% se encuentra sobre el nivel del mar.
A su vez, el pico de la isla cuenta con un cráter de 300 m de anchura con un lago permanente que suele helarse en invierno, aunque es habitual presenciar nieve en la cumbre en cualquier momento del año.
La lengua de tierra sobre la que se asienta Edimburgo de los Siete Mares es el único lugar en Tristán de Acuña donde es posible la actividad humana. Esto es debido a que hace 32.000 – 24.000 años la mitad noroeste de la isla colapsó y los imponentes acantilados se convirtieron en un abanico sedimentario donde, por suerte para los isleños, es posible cultivar patatas.
El primer asentamiento permanente
En diciembre de 1810, un estadounidense llamado Lambert rebautizó el archipiélago como Islands of Refreshment y, junto a otros dos colonos, se establecieron como el primer asentamiento permanente en la isla.
Pero tan sólo dos años después, en 1812 estalla la Guerra Anglo-estadounidense por las colonias británicas de Canadá. De este modo Reino Unido autoriza la ocupación del archipiélago y en 1816 entran a formar parte de las Dependencias Ultramarinas de El Cabo.
La estrategia de los británicos era expulsar a los estadunidenses del archipiélago para así poder controlar el Atlántico Sur y al mismo tiempo protegerse de una posible operación de rescate del emperador francés Napoleón Bonaparte, recluido en la Isla de Santa Helena, a más de 2.000 km al norte.
Al finalizar la guerra, barcos balleneros de origen británico y norteamericano utilizaban Tristán de Acuña como base para sus actividades pesqueras y la captura de focas, impulsando el comercio en la isla.
El declive del siglo XIX
Tristán de Acuña no presentaba una localización geoestratégica de gran importancia para el Imperio Británico, pero sin duda la isla era lo suficientemente relevante como para mantener la presencia del Imperio en el Atlántico Sur y acceder a las rutas de comercio asiáticas.
Aun así, dos factores clave influyeron en la vida de la isla:
El primero fue la Guerra de Secesión Estadounidense, en la que el bando confederado capturó y hundió algunos de los balleneros de La Unión que frecuentaban las islas, privando a sus habitantes de su principal actividad económica. Sin embargo, este factor sería temporal hasta que la guerra finalizase.
El segundo, menos dramático en términos bélicos, pero más determinante en el destino de Tristán de Acuña, fue la apertura del Canal de Suez en 1869. Este acontecimiento supondría un cambio en las rutas comerciales a escala casi global, pues los barcos mercantes ya no tendrían que circunnavegar África para llegar a la India y el sudeste asiático, sino que podrían ahorrar semanas de viaje atravesando el Mar Mediterráneo y el Mar Rojo.
Por si no fuese suficiente, a finales del siglo XIX los lugareños tendrían que lidiar con una plaga de ratas procedentes de los escasos barcos que procedían de Europa, y que diezmarían la población faunística local.
La soledad de Tristán
Si hay algo que caracteriza al archipiélago de Tristán de Acuña durante el siglo XX, es su aislamiento político, cultural y económico, pero no militar.
Durante la II Guerra Mundial la isla principal fue empleada como estación meteorológica y radio secreta por la Royal Navy británica bajo el nombre de HMS Atlantic Isle. Su función era observar y rastrear los movimientos de los U-Boats alemanes, que necesitaban emerger a la superficie para establecer contacto por radio.
A pesar de tener un rol meramente informativo en el conflicto mundial, la llegada de las fuerzas armadas permitió un notable desarrollo en infraestructuras básicas como alcantarillado, agua corriente, un hospital y una escuela. Además, después de la guerra, muchas construcciones fueron mantenidas por el gobierno británico junto con personal especializado: un operador de radio, un profesor, un médico y un administrador local.
En 1961, el volcán Queen Mary entra en erupción y provoca la evacuación total de la isla a Ciudad del Cabo (Sudáfrica) primero, y a Southampton (Reino Unido) más adelante. Durante casi dos años, los refugiados de Tristán tuvieron que vivir en un campamento levantado en un antiguo aeródromo de la RAF en Calshot, hasta que finalmente pudieron regresar a Edimburgo de los Siete Mares en 1963.
Ya en el siglo XXI, Tristán de Acuña sigue manteniendo su estatus de inaccesibilidad y la soledad que le caracteriza, especialmente apoyado por la política del archipiélago ante el turismo. Cuenta con acceso a Internet y desde 2005 se le asignó un código postal: TDCU 1ZZ.
La última tragedia de las islas sucedió en el año 2011 cuando el carguero maltés MS Oliva naufragó en las inmediaciones de la Isla del Ruiseñor (Nightingale Island), partiendo en dos el casco del buque y esparciendo más de 800 toneladas de combustible. Las consecuencias medioambientales fueron muy severas, con más de 20.000 pingüinos de penacho amarillo norteño afectados por el vertido. Una especie en peligro de extinción.
Afortunadamente, los pingüinos fueron trasladados a la isla de Tristán para su limpieza, donde la tripulación del MS Oliva y los habitantes locales colaboraron en su recuperación.
Tristán de Cunha es el punto más inaccesible habitado del planeta, pero hay más puntos inaccesibles en el mundo. La lista incluye «el punto Nemo» que es el polo de inaccesibilidad del Pacífico, el lugar del océano más alejado de cualquier tierra firme. Está situado en el sur del Océano Pacífico, concretamente a 2.688 kilómetros de la Antártida y varias pequeñas islas oceánicas.
Fuentes:
British Geological Survey. Tristan da Cunha
The geology of Saint Helena, Ascension Island and Tristan da Cunha
Agradeciendo la información para el mundo.
Saludos desde Guatemala.
Interesante. Totalmente desconocido para mí.
Amigos,
Como siempre felicitaciones, muy interesante, pero hay un error en el texto:
«Pero tan sólo dos años después, en 1812 estalla la Guerra de Independencia Estadounidense, enfrentando a los sublevados Estados Unidos de América contra el Imperio Británico».
La guerra de independencia empieza en 1776. La de 1812 es una agresión de EEUU a la colonia de Canada, que entiendo termino en empate técnico.
Hola Nelson,
Muchas gracias por detectar el error. Es simplemente increíble que nuestros lectores sean capaces no sólo de de darse cuenta de un fallo, si no también de avisarnos para poder seguir mejorando.
Espero que hayas disfrutado de la lectura tanto como nosotros escribiéndola.
Un saludo.
¿1812 Guerra de Independencia Estadounidense?
«Pero tan sólo dos años después, en 1812 estalla la Guerra de Independencia Estadounidense, enfrentando a los sublevados Estados Unidos de América contra el Imperio Británico. De este modo Reino Unido autoriza la ocupación del archipiélago y en 1816 entran a formar parte de las Dependencias Ultramarinas de El Cabo.»