James Holman, el inglés que viajaba con los sentidos

Esta es la historia de un joven británico que realizó tres viajes por el mundo a partir del año 1819. De nombre James Holman, el joven partió de Inglaterra para recorrer parte de Europa en un viaje que se asemejaba a los Grand Tour, esos viajes en los que los estudiantes adinerados de la época disfrutaban del arte de las civilizaciones antiguas.

Tras su regreso en 1822, decide emprender otro viaje, en esta ocasión más ambicioso: recorrer el mundo de oeste a este, pero por diversos avatares que luego detallaremos se ve obligado a regresar de nuevo a Inglaterra.

Unos años después, zarpa de Inglaterra, esta vez por mar, para circunnavegar el mundo. Estos tres viajes serían narrados en tres obras autobiográficas que tendrían un gran éxito en la Inglaterra victoriana.

Un aventurero excepcional

En un primer momento puede parecer la historia de uno más de los aventureros de la Europa decimonónica que se propusieron recorrer el mundo conocido en la época. Hubo muchos. Pero no como él. James Holman era totalmente ciego. Y emprendió esos viajes totalmente solo, sin compañía. Su historia no ha sido suficientemente contada, y merece que la conozcamos.

De todas maneras, debemos decir que Holman no era ciego de nacimiento; nacido en la ciudad inglesa de Exeter el 15 de octubre de 1786, era hijo de un químico, y tuvo una infancia tranquila, sin grandes contratiempos.

Desde muy pequeño sentía una gran atracción por conocer otras partes del mundo, y quizás por ello ingresó muy joven, en 1798 (tenía apenas 12 años), en la Marina Real británica. Con la Marina recorrió el océano repetidas veces, y en 1807 llegó a ser lugarteniente. Pero todo cambió en 1810, a la edad de 25 años.

La enfermedad de Holman

Holman había caído enfermo de reuma, y la enfermedad se complicó. Tanto, que afectó irremediablemente su visión hasta quedarse sin ella. Un hecho dramático para cualquier persona, y catastrófico para él. El joven lugarteniente se vio forzado a abandonar la Marina Real británica.

Retrato de James Holman. National Maritime Museum, Greenwich, London

No obstante, no se encontró con dificultades económicas para subsistir. Los Caballeros Navales de Windsor le otorgaron una pensión vitalicia, y le proporcionaron alojamiento en el Castillo de Windsor. Debía llevar una vida tranquila, sin preocupaciones, dedicada a descansar y a asistir a la iglesia.

Pero Holman no era una persona destinada a la reclusión. Tiempo después se trasladó a Edimburgo, donde se matriculó en la facultad de medicina y donde se convertiría en la primera persona ciega en hacerlo.

El viaje que lo cambiaría todo

En un momento dado, pensó que un clima algo más cálido le haría bien a su salud. Así, el 15 de octubre de 1819, el día que cumplió 32 años, partió del puerto de Dover rumbo a Francia. Y ese viaje lo cambiaría todo.

Holman recorrería Francia, Italia, Suiza, parte de Alemania, Bélgica y los Países Bajos. Dos años viajando solo, confiando en la colaboración de las personas que conocería en el camino.

Recorrido del primer viaje de Holman
Recorrido del primer viaje de Holman. Fuente.

Y fue eso lo que le ayudó a superar los dolores derivados de su enfermedad: las experiencias, los avatares del viaje, las sensaciones que se derivarían de él… Viajar le salvó la vida.

Al regresar a Inglaterra, escribiría la primera de sus memorias: A Narrative of a Journey, undertaken in the years 1819, 1820, and 1821, through France, Italy, Savoy, Switzerland, parts of Germany bordering on the Rhine, Holland, and the Netherlands, etc., publicada en 1822. Y fue un enorme éxito, tanto de ventas como de crítica, en la Inglaterra victoriana.

La vuelta al mundo de oeste a este

Casi inmediatamente después de la publicación de su primer libro, en 1822, nuestro infatigable viajero saldría de nuevo de su hogar, esta vez con un plan mucho más ambicioso: rodear el mundo de oeste a este.

El plan era cruzar Rusia, Siberia, Mongolia y China, y de ahí embarcarse hasta Hawaii. Una vez en Hawaii, dependiendo de su estado y de cómo le hubiera ido en el viaje, improvisaría. Una idea realmente ambiciosa, quizás demasiado valiente, para la época. Recordemos que llevaría a cabo el viaje, como era habitual en él, totalmente solo.

Pero Holman no contaba con algo que le impediría llegar a su destino: las injerencias de las autoridades. En Moscú, por motivos que no están del todo claros (quizás fuera sospechoso de espionaje), las autoridades rusas le encarcelaron, y lo devolvieron a la frontera de Rusia.

No le quedó más remedio que abandonar su ambicioso plan y regresar a Inglaterra. Eso no le impidió publicar, en 1825, la segunda de sus obras: Travels through Russia, Siberia, Poland, Austria, Saxony, Prussia, Hanover, etc.

El primer invidente que circunnavegó el mundo

Y, un año después, se lanzaría de nuevo a la aventura, esta vez por mar, medio en el que, recordemos, tenía una gran experiencia. Holman zarparía del puerto de Plymouth, y navegaría por los cuatro continentes, siendo la primera persona invidente en circunnavegar el mundo.

Recorrido de la circunnavegación de Holman. Fuente.

Una proeza absoluta. Una aventura que le convertiría en una de las personalidades más famosas de Inglaterra, y en un ejemplo a seguir para muchas personas. De este último viaje también escribiría una narración, A Voyage Round the World, including Travels in Africa, Asia, Australasia, America, etc, publicada en 5 volúmenes entre 1834 y 1835. Una fuente de primer orden para acercarnos al contexto de los lugares que visita, entre ellos la isla de Tenerife.

El asombroso desarrollo de los sentidos de Holman

Pero la pregunta que nos surge al leer su historia es simple: ¿cómo lo hizo? ¿cómo fue capaz de narrar experiencias que, en principio, un ciego difícilmente podía tener? Pues, simplemente, desarrollando sus sentidos de una manera asombrosa.

Escribía un amigo suyo que Holman no tenía visión en los ojos, pero tenía ojos en el resto de su cuerpo: tenía ojos en su boca, en su nariz, en sus orejas y en su mente. Por ejemplo, en su primer viaje ascendió al Vesubio, en Nápoles. En la base de la caldera, sintió el activo movimiento del magma bajo sus pies. Cuando le preguntaron si necesitaba ayuda, él respondió: “veo las cosas mejor con mis pies”. Dos años después, el Vesubio entró en erupción.

Grabado del Vesubio. Holman notó la inminente erupción del volcán por la actividad del magma bajo sus pies.

Holman llegó a ser capaz de reconocer las características de los lugares a través de la vibración que producían los golpes de su bastón en el suelo. Podía adivinar el estatus social de una persona escuchando el sonido de sus pasos. Disfrutaba del arte pasando sus manos por las esculturas y los edificios. No contaba con la vista, pero disponía del resto de sus sentidos. Y ellos no le fallaban.

Viajó por el mundo. Conoció lugares y gentes muy poco conocidos en la época. Estuvo encarcelado en la remota Rusia. Participó en la liberación de esclavos en Guinea. No es nuestra intención recurrir al tópico, pero la de Holman fue una vida de novela.
James Holman falleció en 1857 en Londres, después de recorrer la mayor parte del mundo conocido. Sus últimos viajes fueron a través de España, Portugal, Moldavia, Montenegro, Siria y Turquía, pero falleció antes de dejarlos por escrito.

Como decíamos, a su muerte era una de las personalidades más conocidas de Inglaterra, pero con el tiempo cayó en el olvido. Su historia se perdió en el recuerdo, hasta que en los últimos años se empezó a recuperar, sobre todo por medio del autor Jason Roberts, que en 2006 escribe un interesante libro sobre su historia: A Sense of the World: How a Blind Man Became History’s Greatest Traveler.

Desde el año 2017 se convoca anualmente el Holman Prize, destinado a premiar el espíritu aventurero y de superación de personas invidentes.

El recuerdo de James Holman tardó en recuperarse después de su muerte. Pero su apasionante vida es un ejemplo de superación, autonomía y búsqueda de aventura que lo convierte en uno de los viajeros más interesantes a los que nos podemos acercar.

Se puede conocer su historia con más detalle en este y este artículo (en inglés) y en su biografía (también en inglés).

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