La villa de Madrid, este el título de la capital de España. Es un área metropolitana de aproximadamente seis millones y medio de habitantes con un núcleo urbano de tres millones. La segunda área metropolitana más grande de la Unión Europea (según algunas fuentes, tercera).
Sin embargo, para un hispanohablante, una villa es un municipio inferior a una ciudad, tanto en población como en extensión o preponderancia política, económica o cultural.
Los términos aldea, pueblo, villa y ciudad nunca han estado del todo claros. Incluso hoy, estos conceptos pueden representar problemas. Aunque existe una vaga idea que los colocaría en una escala de tamaño que iría de la aldea, el más pequeño, el pueblo, la villa y terminaría en la ciudad, el más grande, la verdad es que ni siquiera la diferencia entre un pueblo y una ciudad está clara hoy. Al menos en determinados casos.
En España la división del Estado se basa, constitucionalmente, en municipios, provincias y comunidades autónomas. El resto de divisiones, ya sean comarcas, mancomunidades, villas, aldeas, parroquias o cualquier otra, dependen de las comunidades autónomas. La variedad es amplia y no hay tanta uniformidad como cabría esperar en un primer momento.
Vamos a tratar solo aquellas denominaciones comunes a todas las zonas de España en lengua española.
Aldea
La palabra aldea viene del árabe ad-dayah. Según el Diccionario de la Real Academia Española, es un “pueblo de escaso vecindario y, por lo común, sin jurisdicción propia”. Legalmente no hay ninguna referencia a las aldeas.
Popularmente se reconoce como aldea cualquier pequeña aglomeración rural con escasas casas y población.
Pueblo
Los pueblos son municipios de pequeña población, pero mayores que la aldea. Según el Instituto Nacional de Estadística, que sigue las consideraciones de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) son aquellos municipios con una población inferior a los 10 000 habitantes y con una actividad económica centrada en el sector primario, es decir, agricultura o ganadería.
Existe, también, una ley, la 24/2007, que dice que una población rural pequeña es aquella que no supera los 5000 habitantes y está localizada en el medio rural. Asimismo, se define el medio rural como una agrupación dada de municipios que no supera los 30000 habitantes y con una densidad de población inferior a 100 habitantes por kilómetro cuadrado.
Puede parecer que exista contradicción entre los dos conceptos expuestos, pero no es así. Podría, por ejemplo, catalogarse como un pueblo grande una población que se dedica principalmente a la agricultura con 7000 habitantes.
Villa
En época romana, la villa era un centro de explotación agraria. Con el tiempo y el avance de su importancia según nos acercamos al fin del Imperio occidental, estas villas fueron haciéndose cada vez más grandes e importantes. Estos núcleos estaban formados por un palacete de residencia del señor y varios edificios menores con diversas funciones.
La población fueron creciendo y, a diferencia de los pueblos, consiguieron autonomía. Podían tener su propio castillo y fortaleza, además de un cuerpo de jueces que la gobernaban y administraban justicia. Era, al fin, un municipio que aspiraba al superior título de ciudad.
Así, en España, las villas eran oficialmente nombradas y poseían este título. El fin de la oficialidad fueron las cortes de Cádiz y la primera constitución española.
Ciudad
Una ciudad es un área urbana que cuenta con instituciones económicas, políticas, religiosas, culturales, con una alta densidad de población y cuyas actividades económicas preponderantes son el comercio, los servicios o la industria.
Como ocurre con cualquier otra forma de organización del territorio, el concepto de ciudad varía dependiendo de cada país. En Irlanda una ciudad puede ser un núcleo de población con más de 1500 habitantes; en Francia, con más de 2000; en España, debe tener más de 10 000 y dedicarse principalmente a actividades económicas que no sean del sector primario (agricultura, ganadería), según, de nuevo, el Instituto Nacional de Estadística.
Pedanía
Esta denominación es una de las menos conocidas, ya que los anteriores son títulos con más arraigo histórico y popular.
Las pedanías son núcleos cuyo gobierno depende de un municipio. Dicho de forma imprecisa pero más sencilla, son pueblos que dependen del ayuntamiento de otros pueblos, normalmente más grandes e importantes. Esto no quiere decir que no tengan autogobierno y autonomía. Pueden tener competencias cedidas y elegir a sus representantes, pero estos responden ante el ayuntamiento del municipio del que legalmente dependen.
Fuentes:
Está clara la diversidad del Estado en esta cuestión. Diversidad que tiene origen en cuestiones geográficas, economicas y antropológicas.
Pero también es verdad que hay una superestructura territorial impuesta –sí, impuesta– por el propio estado de corte centralista. Estas divisiones, que escapan muchas veces a la propia racionalidad que se proponían, son, con frecuencia, antagónicas con la ordenamiento tradicional del espacio habitado. En el caso de mi tierra, Galicia, existe una fuerte organización territorial tradicional y con un pasado secular (de tipo germánico, por ejemplo) y que responde o respondía a las propias necesidades económicas y simbólicas de los habitantes de ese espacio. Así ocurre con el «Lugar»(locus) o aldea; la «Parroquia» o parroquia civil (también llamada freguesía y paroquia) y que no siempre coincide con las parroquias religiosas; la «Bisbarra» o comarca con su «Vila» o villa de cabecera (a esta «vila» se va a comerciar, a divertirse y a arreglar asuntos menores administrativos, como asentar nacimientos…); y, por fin, Galicia como país natural.
A esta organización, donde el paisano se encuentra cómodo, se maneja y se siente integrado y en su medio, se superpone la organizaciónás más artificiosa del Estado: Familia-Municipio-Ciudad/capital-Provincia-Estaro, creando no pocos conflitos, dramas, malentendidos. Ahí, en ese medio, nace y se desenvuelve como pez en el agua la figura del «cacique», un intermediario entre los dos mundos. El cacique, como figura positiva (necesaria) que todo lo resuelve, pero casi siempre a cambio de algo… Esta última organización tiene, aún hoy, mucho peso político en los grandes partidos de ámbito estatal, pues es el mejor caldo de cultivo de las redes clientelares que escapan al control y comprensión del paisano. También contribuye a una mayor desafección por el territorio y a un deterioro de la cohesión cultural y antropológica de los gallegos. Sería interesante hacer una comparativa, en este aspecto, con el Norte de Portugal, un territorio con la misma organización territorial tradicional, pero donde, al contrario que en Galicia-España, constituye la base de la organización del propio estado portugués, como un proceso natural.
Todo muy interesante, pero no me queda claro. ¿Madrid es ciudad o villa?
Hola, Julio:
Actualmente, ciudad.
Un saludo.
Me ha parecido que se ha omitido uno de los criterios por el que se otorgaba el título de ‘villa’ o de ‘ciudad’ a una población, al menos en la edad media y en Castilla, y era el de la concesión de un mercado, algo que era potestad de los monarcas y los nobles, y que suponía un importante crecimiento de la población tanto en número como en su economía e impuestos por el importante comercio que se realizaba en las mismas. Como he leído arriba, también eso supongo que tenía variaciones regionales en diferentes puntos de España, pues hablamos de tiempos en los que ni siquiera el país estaba unificado.
Los núcleos de población o asentamientos humanos en general varían mucho en función de los territorios a los que hagamos referencia. No podemos comparar ciudades de estados de escaso territorio pensemos en dinamarca por ejemplo en comparación con los grandes estados. No podemos tampoco comparar un estado como el Francés con un París macrocefálico que a duras penas han podido corregir. Es decir que el concepto de ciudad varía mucho. Se han querido hacer clasificaciones por número de habitantes o por sus funcionalidades y servicios que ofrecen, por ejemplo. Teniendo en cuenta la diversidad de cultural España, echo de menos un análisis más profundo de la cuestión así como un aparato crítico más extenso con referencias bibliográficas a distintas realidades. Eso ayuda a tener un concepto más claro sobre el territorio y a que la clase políticia empiece a entender mejor la complejidad de nuestro territorio. Conocer el territorio es fundamental para atender a sus necesidades. Por ejemplo para un gallego una villa puede ser lo que para otros territorios de españa es un pueblo, pero hay villas con gran diversidad de habitantes, lo que establece un poco el límite de este concepto son los servicios que en ellas encontramos por ejemplo un juzgado (citado en el artículo) o los flujos económicos que se establecen en torno a ellas. Discrepo un poco en lo de aspirar a convertirse en ciudades. Pero para Galicia debido a su alto grado de dispersión poblacional no nos podemos quedar con eso. Resumiendo mucho iriamos en este orden: lugar-adea-vila (villa)-cidade (ciudad), sin olvidar la parroquia y la comarca. Las primeras se pueden ver en el nomenclator y las comarcas -con cierta revisión a las tradicionales- están cartografiadas y publicadas en el Diario Oficial de Galicia. Me centro en el territorio de mi comunidad autónoma que es el que más conozco. Cualquiera que haya viajado por Galicia se habrá dado cuenta de que es difícil circular por ella sin ver una casa cada poco metros y es raro cicular quilómetros sin ver alguna, eso incluso por las autovías que tienen trazados modernos. Muchas de ellas siguen habitadas especialmente en las provincias occidentales. No tanto en las orientales por el éxodo rural y la despoblación con flujos hacia el litoral.
Imagino que otros lectores podrían también hacer sus observaciones sobre otros territorios para dar una visión más profunda de una realidad compleja.
Un saludo
Me llama la atención que el autor de este artículo omita o no le guste el término Asentamiento Humano (empleado por la ONU), que engloba a todas las agrupaciones sedentarias geográficamente distinguibles unas de otras.
Por otra parte, en mi propia terminología reservo el término «caserío» para aquellos asentamientos mínimos de unas cuantas familias ( 10 o 20)que ni siguiera me atrevo a llamar aldeas.
No soy geógrafo ni filólogo, sino arquitecto y urbanista, pero al artículo me ha interesado y me ha obligado a reflexionar más sobre este tema.
Resulta bien interesante tratar el asunto, pero el artículo peca de una gran confusión y se mezclan dos temas distintos: los asentamientos humanos y la organización territorial. Aldeas, pueblos y ciudades son tipos de asentamientos, cuya distinción no es fácil, como señala el autor. Por el contrario, el municipio y la pedanía son entidades territoriales; villa, en la tradición jurídica española medieval, también lo era. En ese sentido, para definir y distinguir los asentamientos es mejor no confundirlos ni mezclarlos con las entitades territoriales.
Preguntas/matizaciones
¿El título de “ciudad” no lo otorgaba el rey (por el motivo que fuese) casi al margen de su tamaño?
Lo de que se es un “pueblo” si mayoritariamente la actividad económica es del sector primario, agricultura y ganadería (te has olvidado de la pesca :) ), ¿sigue vigente? En España con menos del 4% dedicado al sector primario, tiene que haber muchos lugares de menos de 10.000 hab. que sean “turísticos” o “de servicios” ¿no son “pueblos”?
Por último, el concepto de “pedanía” ¿es general en toda España? Pienso en la CValenciana, donde hay EATIM, o las “entidades singulares” en Canarias.
Gracias Bernardo por el artículo, como siempre hace pensar.
Aprovecho para poner una pregunta que he planteado en muchos sitios pero nadie sabe contestar. ¿Qué pasa con un municipio cuando pasa a tener 0 habitantes de derecho? Técnicamente, nadie más podrá censarse, ni haber alcalde o concejo abierto para tomar decisiones. ¿Hay ejemplos? Desde luego, en pocos años va a haber muchos