¿Qué es una isla? La pregunta parece demasiado básica, pero a veces tras las preguntas más simples, uno encuentra muchos matices pintados en escala de grises. Puede sonar extraño pero un tribunal internacional acaba de definir qué puede considerarse una isla.
Con esta definición puede que se ponga de algún modo fin a toda una serie de disputas que ha llevado a los países del mundo a enfrentarse por el control de islotes que dan derecho a controlar las aguas circundantes.
Las islas del Mar del Sur de China
Una sentencia de la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya quitaba la razón en 2016 a China sobre su reclamación territorial del 90% de las aguas del Mar del Sur de China dándosela a Filipinas.
Más allá del varapalo de la justicia internacional a China, que ha sido ampliamente comentado, ese texto ha determinado blanco sobre negro qué puede considerarse una isla. Algo que a primera vista puede parecer tan obvio, esconde detrás toda una serie de implicaciones geopolíticas de enorme calado.
Según este Tribunal, los requisitos para conceder categoría de isla estipulan que el accidente geográfico debe de tener vida económica y estar habitado. Además la Corte ha precisado que esa población debe de ser permanente y no estar formada únicamente por un destacamento militar. Esto sienta sin duda un precedente para muchos de los islotes que diseminados por el globo son motivo de disputa entre diferentes países.
Así las cosas, la sentencia ha negado el carácter de isla al islote de Itu Aba o Taiping, bajo control taiwanés. Ahora queda definido como simple “roca”. Al no ser una isla, Itu Aba no genera el derecho a una Zona Económica Exclusiva (ZEE) de 200 millas marinas con que cuentan también las islas, al igual que los territorios continentales, siempre y cuando estén habitados.
Sobre el papel, la ley del mar concede derecho a los países a construir islas artificiales dentro de sus ZEE. Todas las islas artificiales que China ha creado en las islas Spratly se encuentran a menos de 200 millas del islote de Itu Aba. Ahora esa soberanía queda anulada por el Tribunal de La Haya.
Pero hay muchos más islotes en el mundo que están inmersos en polémicas de este tipo. De hecho, en la edición inglesa de la Wikipedia se cuentan hasta 63 casos, en un listado que no es exhaustivo.
Según esta sentencia, ningún país podría arrogarse su soberanía. Repasamos algunos de los conflictos abiertos por el control de estos pedazos de tierra a los que rodean potentes intereses comerciales.
Islas Senkaku o Diaoyu
Ubicadas en el Mar de China Oriental y bajo control japonés, son apenas ocho islas pequeñas, rocosas y deshabitadas. Cuentan con un área total de siete kilómetros cuadrados (poco más que el parque de el Retiro de Madrid). Japón y China se pelean por su soberanía desde hace años.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos las ocuparon desde 1945 hasta 1972, cuando pasaron de nuevo a manos japonesas. Desde 1971 China las reclama. Aunque Estados Unidos no tiene una posición oficial sobre los reclamos de soberanía, las islas están incluidas dentro del Tratado de Seguridad de EEUU-Japón, lo que significa que la defensa de las islas de Japón podría obligar al apoyo de los militares de Estados Unidos.
Las islas Senakaku están cerca de vías marítimas estratégicas con rico potencial de pesca y se cree que en sus aguas hay yacimientos petrolíferos. Sin duda las islas Senakaku se han convertido en un punto de tensión importante en el área del Pacífico.
Islas Dokdo o Takeshima
Estas islas están en el centro de una discusión diplomática entre Corea del Sur y Japón. Se les conoce por varios nombres: Corea del Sur las llama Dokdo o «islas solitarias», mientras Japón las llama Takeshima o «islas bambú». También fueron bautizadas por balleneros franceses en 1849 como las Rocas de Liancourt.
Corea del Sur, Japón y Corea del Norte reclaman estos territorios, conformados por dos islas principales y 30 rocas más pequeñas y prácticamente equidistantes de Japón y Corea del Sur. Así, un destacamento costero surcoreano ha estado estacionado en el lugar desde 1954. Del mismo modo que ocurre con otras islas en disputa, tienen rico potencial de pesca y se cree que hay reservas de gas cerca aunque en cantidades no cuantificadas.
Islote de Hans
En el islote de Hans, entre Canadá y Groenlandia (bajo soberanía de Dinamarca) no hay prácticamente nada excepto una estación meteorológica. No está habitado y ni siquiera hay recursos naturales que se puedan aprovechar.
Sin embargo los dos países lo reclaman desde hace décadas. Y nunca han podido ponerse de acuerdo a quién pertenece el lugar. Como en las aguas del Ártico hay menos hielo a raíz del calentamiento global, la navegación en la región está aumentando y tras ella los intereses económicos asociados.
Machias Seal y North Rock
Se trata de dos islotes coloquialmente llamados «zona gris» que Estados Unidos y Canadá se disputan desde hace más de 200 años. En el caso de Machias Seal, la habitan dos guardacostas canadienses que periódicamente son relevados y mantienen un faro, el único en funcionamiento de toda la costa este canadiense, que mantiene su luz «por motivos de soberanía».
En North Rock no hay ni eso. Ambos países las reclaman, sin haber llegado nunca a un acuerdo sobre su soberanía. Las rocas se encuentran en las inmediaciones de la provincia canadiense de New Brunswick y de estado de Maine, en Estados Unidos.
Isla Migingo
Está situada en la zona centro-oriental de África, concretamente en el lago Victoria, rodeado por Uganda, Tanzania y Kenia. La disputa está totalmente relacionada con los derechos de pesca en el lago.
En su tiempo estuvo sumergida, pero hoy tiene una superficie de unos 4.000 metros cuadrados. El gobierno de Kenia denunció en 2004 que la policía de Uganda colocó una tienda de campaña en el islote, además de izar una bandera nacional. Tanto los funcionarios de un país como de otro lo han ocupado desde entonces.
Islas Doumeira
Situadas en el noroeste de Djibouti y al este de Eritrea, en el mar Rojo, al lado del cabo homónimo (Ras Doumeira) estas islas se encuentran en disputa entre los dos países africanos. Son dos islotes, Doumeira y Kallîda. La frontera entre los dos países el resultado de un acuerdo firmado en 1900 entre los poderes coloniales francés (que dominaba la Somalia francesa, actual Djiobuti) e Italia (Eritrea).
Las fronteras del cabo (una colina) nunca fueron delimitadas claramente y tácitamente se convino que la ladera norte fuera de Eritrea (Italia), mientras que la frontera sur pertenecía a Djibuti (Francia). La dos pequeñas islas contiguas quedaron sin soberanía y desmilitarizadas. El primer conflicto tuvo lugar en 1996 cuando Djibuti acusó a Eritreas de haber bombardeado las islas y a punto estuvieron ambos países de entrar en guerra. En 2008, los eritreos tomaron la colina y desde entonces ambas partes han mantenido un fuerte contrl a ambos lados de la frontera.
Isla de Aves
Este islote coralino ha sido el centro de una disputa entre Venezuela -que lo controla- y varias islas caribeñas que rechazan que Caracas reclame la zona económica de 200 millas alrededor del islote.
El 26 de julio de 1978 Venezuela estableció por ley una zona económica exclusiva de hasta 200 millas marinas alrededor de la isla.
Varios estados caribeños se han opuesto durante años a esta situación. Dominica, San Cristóbal y Nieves, Antigua y Barbuda, Santa Lucía, Granada y San Vicente y las Granadinas se opusieron a la zona económica exclusiva.
De hecho, Dominica reclamó la isla en 2001 como parte de su territorio, con el apoyo de Barbados, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas.
Isla Conejo
En 1992 la Corte Internacional de Justicia determinó inicialmente los límites de áreas disputadas por El Salvador y Honduras, aunque su dictamen no incluyó la Isla Conejo. Ambos países reivindican la soberanía sobre este territorio, que tiene una extensión de menos de un kilómetro cuadrado.
Faltarían las Islas Malvinas, disputadas entre Argentina y Reino Unido
¿Significa esto que España se quedaría sin sus «plazas de soberanía» del norte de África?