¿Y si la fuga de cerebros no existe?

La fuga de cerebros es un debate recurrente en España, del que ya hemos hablado en este blog. Parece unánime la visión de que dicha fuga supone una pérdida de capacidad para el país, que desperdicia a su talento formado en el interior para exportarlo fuera, obligado por las circunstancias. Pero estos días he tenido la oportunidad de escuchar una voz contraria a esta forma negativa de ver la salida de los cerebros de un país.

emigrante

Hace sólo unos días podíamos leer un artículo en el que uno de esos cerebros fugados, Mario Saavedra, reivindicaba España desde Nueva York. Bajo el título «Pues yo me vuelvo a España«, en su artículo, el autor informaba de que su mujer, su hijo y él abandonan Estados Unidos para volver a España. Y defendía que este país es, «a pesar de todo, uno de los mejores lugares del mundo para vivir y formar una familia».

A su juicio «no se puede valorar un país sólo por el período actual, por el accidente casi mortal que acaba de sufrir y del que está recuperándose». Por ello, Saavedra considera que deber sumarse «su trayectoria reciente y sus oportunidades de futuro».

Comparaba España y el acceso a una educación «de igual o mayor calidad» a la que se recibe en Estados Unidos. Envidia a sus tíos, «poco más que mileuristas», que viven en Aluche (barrio de Madrid) y «tienen cerca un parque, y están rodeados de colegios, supermercados con comida saludable, de buena calidad, y a buen precio». Esos tíos, argumenta, han podido dar a sus hijas una educación que «en Estados Unidos, en su nivel social y de ingresos, sería difícil de conseguir».

En definitiva, el artículo presenta España como un lugar con igualdad de oportunidades, en el que sin ser rico las perspectivas son mejores. Y aunque aporta datos, siempre defiende que la decisión de abandonar EEUU la toma desde el corazón y pensando en el futuro de sus hijas: «Creo que hay pocos lugares mejores en el mundo para ser niño y adolescente que Europa Occidental en general y España en particular».

Estos días he tenido la oportunidad de charlar con Álvaro Fernández, Joven Líder Global del Foro Económico Mundial y co-autor del libro ‘Cómo invertir en su cerebro‘. En este sentido,me ha aportado una visión distinta sobre la llamada fuga de cerebros. Dice Fernández que «lo relevante no es que país es mejor o peor en general, lo relevante es donde puede una persona determinada encontrar mejores oportunidades».

«La vida es larga, y obviamente muchos que hemos volveremos, pero nos habra enriquecido y abierto puertas el haber salido», explica Fernández, que en el libro defiende que los cerebros se forman en todas las etapas de la vida y no sólo en los primeros años, debido a la conocida como neuroplasticidad o capacidad de formación del cerebro de manera que, a su entender, «la fuga de cerebros no existe como tal porque esos cerebros que se van no están completamente formados».

En este sentido, Fernández dice que el artículo ‘Pues yo me vuelvo a España’ defiende que «es mejor estar parado o infraempleado en España que estarlo en Estados Unidos, algo de lo, según él, «no no hay duda, dado el tejido social y  familiar con que un español cuenta en uno y otro país».

Pero, a su juicio, «eso es tambien irrelevante» ya que «la gente que sale lo hace en busca de mejores oportunidades». «El autor del articulo parece que no las encontró», de hecho, a su entender, «no habla nada de su trabajo». Por último, dice Fernández que «tampoco tiene mucho sentido cambiar tanto de país» ya que al «pasar por tres países completamente diferentes en 10 años no le da tiempo a uno a entender y adaptarse a una nueva sociedad».

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